La noche de ayer recibí en mi casilla electrónica un mail del señor Michel Pedrosa: su tema, la enredada polémica provocada por el artículo firmado por el profesor Humberto Robles aparecido en Babelia el 5 de noviembre pasado. Las palabras que él me dirije hacen dos líneas, las del inicio. Dicen:
Estimado señor,
Hace cosa de tres semanas mandé esta carta a la señora M. L. Blanco, responsable de Babelia.
Salud y fraternidad.
Viene luego la carta de una cuartilla. No conozco al señor Michel Pedrosa —hay en la web una referencia literaria suya, la de otra polémica alredeor de Savater, Orwell y Haro Tecglen—. No comparto la hipótesis que él adelanta en la carta sobre “los nombres olvidados”; sin embargo, admito, nos recuerda los de Alfredo Pareja Diezcanseco y Nelson Estupiñan Bass, que ciertamente no fueron nombrados hasta ahora.
He dudado antes de poner la misiva en esta ventana (no quiero hechar más leña al fuego; o mejor, astillada leña a un fuejo que a lo mejor, a estas alturas, es ya fatuo. De todas formas, puesto que mis narices se metieron en este asunto, pongo su contenido a disposición de las personas que suelen aparecerse por acá: a lo mejor se les ocurre comentarla, o alarme de las orejas).
Bueno, ... a la carta!
Estimada señora,
Pensaba que la ridícula actitud que consistía en ignorar en los años sesenta y setenta a Borges por parte de unos intelectuales de izquierda so pretexto que éste era un escritor de derechas, había desaparecido. He vivido unos años en Ecuador donde ocupaba el puesto de Agregado Lingüístico en la Embajada de Francia (soy ciudadano francés) y he tenido a bien y no solamente por cuestiones de trabajo sino por interés personal descubrir la cultura ecuatoriana. De allí, que me ha parecido monstruoso e indigno el artículo firmado por Humberto Robles en Babelia del 5/11. Más bien pienso que ese encargo por parte de “El País” se lo dio a un amigo ecuatoriano para que este lo escribiera. Y así se llegó a esta atroz injusticia. Un texto donde se menciona unos autores representativos de la literatura ecuatoriana y de sus obras y donde se olvidan (?) a otros que gusten o no gusten al autor del artículo, existieron o existen.
Que Pablo Palacio sea solo mencionado como si fuese uno màs, cuando constituye frente a los autores socio-realistas e indigenistas, cuyas novelas son de lectura algo monótona, uno de los iniciadores de vanguardia en América hispánica por su aporte original en las estructuras y contenidos narrativos.
-que no se mencione a Alfredo Pareja Diezcanseco,
-que no se mencione a Gonzalo Zaldumbide,
-que no se mencione la existencia de una literatura de la negritud y que sólo aparezca dos de sus representantes Adalberto Ortiz y Castaño Escobar, y no Estupiñán Bass,
- que no se mencione a Javier Vásconez, cuyo aporte a la literatura es tan importante como lo fue en mi opinión el de Benet, además este autor ha publicado cuatro libros en Alfaguara, dos en Punto de Lectura, varios en editoriales ecuatorianas, y dos de sus novelas están a punto de salir, y de quien el mismo “El País” publicó una entrevista intitulada “Los ecuatorianos somos invisibles”, no todos diría yo, el 22/10 del 2002, y varias reseñas, me deja pensar que este artículo es más bien un ajuste de cuentas que una presentación de la literatura ecuatoriana.Usted puede, si lo desea, remediar esta injusticia proponiendo a la crítica Mercedes Mafla o al Profesor Wilfrido Corral, de la Universidad de Davis, o al crítico y escritor Vladimiro Rivas a quienes sólo conozco por sus valiosos escritos sobre Pablo Palacio y a su perfecto conocimiento de la literatura ecuatoriana, para que se encarguen de escribir un artículo en donde fuera de todo ajuste de cuentas y favoritismos, se contemple realmente el aporte de la literatura ecuatoriana a la literatura hispánica.
Michel Pedrosa. Toulouse.
P.S. de V.Vallejo: Desconozco si la carta fue publicada en la sección Cartas al director del diario El País (no ha aparecido en todo caso en las ediciones de los últimos sábados y domingos, que son las únicas que compro). No apereció tampoco en las Babelias últimas, por la sencilla razón que el suplemento no tiene la sección de cartas.
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4 comentarios:
No conozco la literatura ecuatoriana, pero la polémica tiene el olor (¿debería decir la pestilencia?) del enésimo ajuste de cuentas entre academias.
En cuanto a Borges, me duele constatar que aún sigue siendo parcialmente olvidado por la izquierda oficial lationamericana. Por supuesto, García Márquez pasa por ser el modelo ético y estético de nuestro tiempo.
Que Dios nos coja confesados.
Estimado Arbusto.
Me da gusto tener noticias tuyas. Por dónde es que andas ahora dando guerra?
La polémica de marras tuvo sus malentendidos pero también, me parece, ofreció la posibilidad de plantear un par de cuestiones fundamentales en el debate ecuatoriano.
1. Si la literatura de verdad importa, ¿por qué no hablar de ella, de su ser y no de su parecer? ¿por qué no sepultar definitivamente la pésima costumbre de valerse de ella como medio para saldar deudas contraidas en otros negocios?
2. Me decía a mi mismo ¿Si la literatura se hace, formula y apretuja entre formas, porque no utilizar las polémicas que saltan al ruedo para ejercitar esas formas o, cosa necesaria, incorporar otras a la discusión para que esta se enriquezca?
En cuanto a Borges, estimados Arbusto y Hapiness: la manera como lo trae al centro el señor Pedrosa me parece extemporanea. Como se diría en el Ecuador, desde hace ya mucho tiempo Borges es “plato de toda boda”; por otra parte, desde hace ya mucho tiempo la literatura dejó de ser el feudo entusiasta de la izquierda partidaria. La literatura de veras —Borges, Cabrera Infante, Pamuk—, por la incomodidad que siempre causará, en todo caso, seguirá siendo parte de esa extensión con el surtidor (de preguntas inoportunas, interpretaciones riesgosas, humanismo, firme esceptisísmo) y el buen talante pra darle uso.
Una cosa más: en Latinoamerica García Márquez es respetado pero no creo que más que lo que es Vargas Llosa, su antipoda ideológica.
Van saludos amistosos y que estén bien y disfruten de estas fiestas
Me gusta esa expresión que dice que alguien "es plato de toda boda". La añadiré a mis proverbios particulares.
Hace un par de años, oí a un amigo ecuatoriano de Madrid uno de los mejores dichos de la historia. Refiriéndose a un político español (ahora presidente del gobierno, quién lo iba a decir) dijo: "está dando las patadas del ahogado". Sabiduría popular, sin duda.
Poca discusión fructífera podemos obtener cuando autores como Borges son convertidos en dinosaurios de museos. Se olvida a menudo que la literatura es para ser leída con atención, no una única vez ar) (como pañuelos de usar y tirsino siempre volviendo (reincidiendo) al texto.
Posdata: Arbusto está exiliado en Canadá (las antípodas climáticas de España, Ecuador y supongo que gran parte de Latinoamérica).
Estimado Arbusto
Recuerdo la carta que Cioran remitió a Savater a propósito de Borges. En ella, recuerdo -no tengo a mano el libro de Cioran donde la leí-, que el autor rumano se compadecía del destino de Borges, tan lamentable, decía, que ahora se lo estudia hasta en las universidades (esto por lo de "dinosaurios de museo"). También tengo el recuerdo de una entrevista hecha a Borges (para la serie Espejo de escritores) que habré visto hacia 1985, más o menos -creo que por entonces él aún vivía-, en la que, mientras reía e ironizaba, ponía en entredicho la seriedad de todas las cosas y sobre todo la de la literatura (sin quitarles seriedad). Con su acento bonarense contaba una anécdota que vivió mientras iba por una calle de su ciudad: de pronto un joven obrero que bajaba unas cajas de un camión, lo reconoció y, sin contener la emoción le grito ante sus ojos: sólo dos personas son grandes en el mundo, usted y el pibe Maradona.
Va un abrazo estimado Arbusto. Que estés bien y disfrutes a la canadiense (será como el autor de Lord Jim?) de estas fiestas de vuelo y revuelo.
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