23.12.05

Pipilotti en terciopelo

Los diarios de todos los sitios han empezado a publicar sus balances del año. Balances de las actividades humanas que más han dado que hablar, en sentido bueno y malo, a lo largo de 2005. Catálogos con hechos locales, regionales y mundiales que, siguiendo una ley que a cada momento se reescribe, se nos sugieren tomar en cuenta.

Balances, como temas, hay de todo tipo. Me llama la atención uno que trae la página de sociedad de la NZZ Sonntag, de Zürich, del domingo 18: el de los huespedes más deseados en los partys de la sociedad suiza.

(antes la definición de lo que es un buen party, según Ian Schrager, uno de los copropietarios del legendario Estudio 54: una buena fiesta es una mezcla de invitados con talento, belleza, dinero y poder).

La lista divide a estos codiciados invitados en tres categorías: economía, deportes y cultura. Me interesa la categoría última, cultura, compuesta de tres nombres cuya relevancia —como la de los que están en las otras categorías— va más alla de los Alpes Suizos: el primero es el de
Marc Foster (1969), director de cine enclavado en Hollywood que, lamentablemente —pero sólo para los hacedores de fiestas— no asiste casi a ninguna; el segundo, el de Samuel "Sam" Keller (1968), director de la feria de arte contemporaneo más prestigiosa en occidente, la Kunstmesse Art Basel, o Basilea, como diríamos en nuestra lengua (desde hace dos años con nueva sucursal en los USA: Art Basel Miami Beach); y el tercero, el nombre de Pipilotti Rist, artista cuya obra se despliega en video-instalaciones y que, como Marc, a pesar de la buena voluntad de los realizadores de partys, no asiste sino sólo a unos pocos.

El nombre de Pipilotti Rist (1962) desde inicios de la década de los 90 es no sólo notorio sino referencial en los circuitos internacionales de arte contemporaneo. Leyendo la revista dominical de El País, coincidencialmente, encuentro en sus páginas una entrevista a la artista suiza que deja considerarla bien en el entorno hispano. De alguna manera, digamos que por contrapunto, los sentidos que sus trabajos provocan o desatan tienen que ver con mi post anterior. ¿O a lo mejor no? Lo podran decir ustedes. Los enlaces quedan activados.

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