25.10.06

Javier Vásconez on line

Doy por sentado que los lectores que leyeron el post anterior se habran tomado su tiempo para volver a los libros de Javier Vásconez o, de no haberlos conocido antes, haberse hecho al menos con uno de sus títulos y puesto en contacto con su escritura y los mundos por los que se mueven los personajes del narrador quiteño.

Si este no ha sido el caso, sé que entre tanto —estoy seguro de ello— habrán visitado la página del autor y repasado la rica información que ella brinda acerca de su vida y su obra.

En el transcurso de este “cruce de preguntas y respuestas escritas” que iniciamos ahora —y durará una semana— iremos abordando los aspectos varios que caracterizan su obra (concentrada en cinco tomos de cuentos y tres novelas en las que, para nombrar al paso uno de sus aspectos, Quito es el escenario por exelencia en el que sus personajes —como el médico checo Josef Kronz de El viajero de Praga— pasean sus vidas, ensimismadas, ricas en subjetividad, sitiadas por ausencias de naturaleza varia —de lugar, tiempo, o un algo imaginario que no se alcanza a distinguir); desde luego que también nos intersa acercarnos a las consideraciones del autor sobre el arte de narrar, así como su singular lectura de otras literaturas y personajes literarios y, como no, de su labor como editor de las obras completas de varios poetas y narradores clásicos ecuatorianos.

Para información de nuestros lectores: el cruce de preguntas, respuestas y anotaciones lo llevamos a cabo en la sección de comentarios.
¡Vamos entonces a a leer los comments!

P.S. 1.

Dos sugerencias de lectura:
Texto de Christopher Domínguez Michel, en la presentación de "Invitados de honor".

Texto de Eduardo Becerra sobre "El retorno de las moscas".



82 comentarios:

Victor dijo...

Estimado Javier, puesto que Quito ocupa en tu obra un sitio que podríamos llamar protagónico (me es claro que varias de tus narraciones suceden en otras geografías), me parece oportuno iniciar esta “charla escrita deslocalizada” con una pregunta de fijeza, la de tu relación con esa ciudad, ese espacio real por el que paseas a tus seres imaginados; o si se quiere, ese territorio de ficción por el que, con igual derecho, deambulan y tropiezan entre sí, los sueños y pesadillas de las personas de carne y hueso con los de aquellas que nacieron en la ficción y viven allí, como el doctor Kronz, o en La sombra del apostador, el Coronel, el jockey o el asesino, seres con vidas igual de difíciles como la de los que van por las calles pero, a diferencia de estos, quiza mucho mejor estructurados ¿Qué es Quito a tu imaginación de narrador?

Anónimo dijo...

En mi opinión, las ciudades sólo existen cuando un escritor ha escrito sobre ellas. Es el caso de Dublín, de París, de Buenos Aires, porque es la literatura la que les otorga su carácter mítico. Salvando las distancias, mi ciudad, Quito, no es una excepción. Aquí, en medio de del páramo, he querido inventar un universo literario, un lugar de ficción, una ciudad andina que sea más convincente que la real. Para mí Quito sólo toma sentido cuando yo escribo sobre ella, cuando el doctor Kronz, Violeta, Roldán o el jockey Aníbal Ibara andan por sus calles.

Anónimo dijo...

¿Qué descubren tus personajes Kronz, Roldán o Aníbal Ibarra en la ciudad por la que transitan? ¿Cómo es el Quito que ellos encuentran?

Anónimo dijo...

El doctor Kronz es un médico checo que ha venido a refugiarse a esta ciudad. En Quito descubre, con cierta sorpresa la melancólica existencia de una ciudad andina, con su clima y con sus peculariadidades. Roldán es un asesino a sueldo, pero también puede ser mucho más que eso, alguien que vive al margen de todo. En cambio, Aníbal Ibarra, el jockey, imagino que anda en busca nuevas victorias en el hipódromo.

Anónimo dijo...

No hay en ese Quito que escribes una nostalgia de lo que no es la ciudad? Es que Quito no tiene puerto, no tiene hipodromo, tampoco la han visitado autores como los que mencionas en Invitados de Honor.

Anónimo dijo...

Más que una nostalgia de la ciudad real creo haber dejado en claro que al menos yo escribo para inventar una ciudad, para soñarla y dotarla del puerto que alguna vez vislumbré en una pesadilla, del hipódromo - desaparecido en la actualidad-, al cual yo acudía en mi infancia. Escribimos sobre lo brumoso, sobre lo que aparece al otro lado de la ventana, escribimos acerca de lo que no tenemos. Ahí empieza mi relación con la literatura, descubrir el secreto que hay detrás de una vida y de tantas cosas.

Anónimo dijo...

Más que una nostalgia de la ciudad real creo haber dejado en claro que al menos yo escribo para inventar una ciudad, para soñarla y dotarla del puerto que alguna vez vislumbré en una pesadilla, del hipódromo - desaparecido en la actualidad-, al cual yo acudía en mi infancia. Escribimos sobre lo brumoso, sobre lo que aparece al otro lado de la ventana, escribimos acerca de lo que no tenemos. Ahí empieza mi relación con la literatura, descubrir el secreto que hay detrás de una vida y de tantas cosas.

Patricio Burbano dijo...

Estimado Víctor, en primer lugar, quiero felicitarte por tu blog y por la idea de hacer posible este encuentro digital entre el escritor y sus lectores. Quizás convendría dejar algún tipo de invitación en algún otro blog, como el del guayaquileño Eduardo Varas, que tiene una buena cantidad de lectores. Así la noticia tendría un mayor rango de difusión, etc. Otra cosa, creo que valdría la pena proponerle la práctica de los encuentros digitales a algún periódico local del Ecuador como “El Comercio” o “El Universo”, siguiendo un poco la línea de “El Mundo” o “El País” de España. El contacto entre un escritor y sus lectores a través de un sitio oficial, sería estupendo.

Patricio Burbano dijo...

Javier, por una serie de razones, nunca tuve la oportunidad de compartir contigo mi lectura de “El retorno de las moscas”. Creo que la novela es, frente a “Invitados de honor”, una vuelta de tuerca más rica y más compleja en relación al ciclo de homenajes que habías empezado con el libro de relatos. En “El retorno de las moscas” el homenaje va más allá de lo anecdótico y reformula con éxito el género de la novela de espionaje. La idea de hacer que un escritor sea victima de sus propios personajes y pesadillas es una experiencia de lectura única. Además, creo cualquier intento de abordar el género de la novela de espionaje, después del final de “la Guerra fría”, es bastante heroico. Era un género que parecía haberse agotado y que había sido absorbido con mejores resultados por el cine, etc. La novela es una vuelta de tuerca digna de un escritor de tu altura. Te felicito.

Anónimo dijo...

Patricio, qué bueno recibir noticias tuyas desde Buenos Aires. Suiza, Buenos Aires, Quito... me siento un auténtico viajero. En realidad, no creo que ningún génereo se agota nunca, sino que se renueva. El espionaje sigue y seguirá en vigencia, porque todo escritor es a su manera un espía.
En Invitados de honor- cuentos- fue una audacia haber invitado a mi ciudad imaginaria a escritores como Faulkner, Nabokov, Colette, Conrad, Kafka... En cambio, El retorno de las moscas es una novela. El espionaje no sólo tiene que ver con la guerra fría, sino con la escritura, con la identidad de un hombre, con su máscara y la posibilidad de internarme por el mundo de Le Carré, de Smiley. En mi caso, escribir es una forma de espiar.

Anónimo dijo...

Hola Javier, me alegro mucho de esta iniciativa y te hago una pregunta que tiene que ver con el estado de la literatura en el Ecuador. ¿Cómo ves tú la producción literaria actual? ¿Lees literatura ecuatoriana y a qué autores?
María Paulina Briones

Anónimo dijo...

Además de escritor, soy editor. Por lo tanto, leo muchas cosas. No creo en los listados. ¿A quién le interesa las guías telefónicas? Tal vez a algunos profesores, o en su tiempo a Benjamín Carrión, porque era necesario hacerlo ya que no había nadie en el horizonte... En literatura no puede haber un tratamiento igualitario, sería una catástrofe. Sólo existe el talento. ¡Todos en la lista, qué absurdo ! Para mí la literatura está hecha por individuos. Por eso me parece irrelevante hacer un diagnóstico de la literatura actual en Ecuador. No soy un experto ni me interesa. Sin embargo, sigo con mucha atención la obra de Iván Oñate, de Leonardo Valencia, de Iván Carvajal, de Zapata, Báez y Velasco Mackenzie.

Unknown dijo...

Hola Javier, qué buena inciativa de cercanía con el lector, ya en una dimensión fuera del texto literario a otro tipo de texto escrito. Como le mencioné a Víctor, ayer posteamos en nuestro blog la reseña de este enlace para que esta inciativa tenga la difusión del caso.

Mis preguntas:
-¿Qué te parecen los blogs que has leido sobre autores, lectores o aficionados a la literatura que hablan de libros? ¿Crees que -al menos en Ecuador- sirven como una forma de suplir la falta de estos espacios en los medios tradicionales de prensa?

-Y ahora una más anecdótica: en "Billy", uno de los cuentos que más disfruté de "Invitados de Honor", editado durante la época del gobierno del "dictócrata" Gutiérrez, fue intencional el haberle llamado Lucio al caballo?

Saludos,
Miguel Antonio Chávez

Unknown dijo...

Gracias Víctor por esta dinámica y saludos Javier desde Guayaquil.

Mi pregunta sería: ¿Angelote amor mío sigue una temática que ha sido tocada varias veces en la literatura ecuatoriana: lo gay, aunque no tan difundida; por qué sentiste la chispa de hacer un relato sobre ese tema?

Saludos,
Jorge Osinaga
..también busetero

Victor dijo...

Estimado Patricio, muchas gracias por pasar por acá, por tus comentarios y las sugerencias que nos haces. Al menos cuatro medios de prensa escrita ecuatoriana están al tanto de este “experimento”. No lo he comunicado a los colegas bloggeros pero lo hago inmediatamente.
Va un saludo.

Victor dijo...

A las personas que han pasado por acá, dejado sus comentarios o leído los que hasta ahora se han redactado, también les hago llegar mis gracias.
A Javier igualmente, muchas gracias por tu buena disposición para llevar a cabo este “encuentro virtual” y responder con prestancia las preguntas que tus lectores te han formulado hasta ahora.
Vamos a ver como sigue este día.

Va un saludo cordial.

Victor dijo...

Javier, leo en el texto corto que Domínguez Michel leyera en la presentación en México de "Invitados de honor" la sugerencia que hace a quienes no conocen tu obra: empezar por ese texto. ¿Compartes ese criterio o tienes tú otra sugerencia, un camino otro que recomendar a tus posibles lectores?

Anónimo dijo...

Para Miguel Antonio... Me parece formidable esta iniciativa de Víctor. Todos sabemos que aquí andamos escasos de revistas y suplementos literarios. Por lo tanto, celebro la idea de impulsar el diálogo literario en cualquier medio de comunicación. En relación con la otra pregunta, el caballo que corre en el cuento Billy del libro Invitados de honor, se llama Lucio y no fue casual que le pusiera ese nombre. A pesar de todo, creo que el caballo de mi cuento corrió con más dignidad su carrera.

Anónimo dijo...

Invitados de honor no fue presentado en México, sino que Christopher Domínguez vino a Quito. La presentación se llevó a acabo en El pobre Diablo, una taberna "posmoderna" de esta ciudad. Entiendo la sugerencia de Christopher de empezar por Invitados de honor, pero no comparto plenamente su opinión. Supongo que lo dijo por la variedad de temas, de escenarios, de propuestas, de personajes que existen en ese libro. ¿Por dónde empezar a leer a un escritor? Es algo muy dificil. Al menos en mi caso, cuando yo voy a una librería me dejo llevar por la intuición, por el ritmo de la prosa del primer párrafo ( para mí eso es muy importante ), por mi estado de ánimo. Hay momento en que uno desea leer cuentos, otras veces una novela policíaca o un ensayo, pero cuando finalmente leemos la primera frase de un gran libro ( Quisiera no haber visto del hombre, la primera vez que entró en el almacén...) entonces todo parece cambiar en un segundo, es como si se abriera un mundo lleno de sorpresas...

Anónimo dijo...

Javier, ¿nos podrías contar un poco sobre el nuevo proyecto editorial que dirigirás y verá la luz el próximo año?

Anónimo dijo...

Honestamente, yo no creo que este sea el lugar apropiado para hablar de ese proyecto.

Anónimo dijo...

Para Jorge Osinaga.
No sigamos con lo de la literatura ecuatoriana. Me parece un tanto impreciso expresarse de ese modo. Ya que resulta absurdo pensar que la literatura ecuatoriana lo abarca todo, como si fuera el principio y final todo. Ya lo dije ayer, en este mismo espacio, yo creo en los escritores individuales que se deben a su lengua, a su cultura, más que en "las literaturas"... Las temáticas son universales, están en el aire, un escritor no las elige sino que vienen como una ave migatoria hacia él. Lo que cuenta es la maestría del texto. En mi familia, hace muchos años, hubo el caso de un pariente homosexual, quien tuvo una vida espantosa. Esa esa historia me fascinó, sobre todo porque trataba de la soledad y el aislamiento de un hombre. "Angelote, amor mío" más que un cuento con temática gay es sobre todo una historia relacionada con el rencor, la soledad y el deterioro moral de un hombre. Aunque también, en otro sentido, es un retablo distorsionado donde aparece en miniatura la ornamentación agobiante de la pintura colonial quiteña.

Victor dijo...

Javier,
El flamante premio Nobel de literatura, Orham Pamuk (1952) define su obra como “apolítica”.
Los escritores de la generación a la que te perteneces está marcada por la política —en el Ecuador y en el continente latinoamericano. ¿De que manera ha influido en tu visión de creador la política o consideras, como lo hace Pamuk, que tu obra está erigida al margen de ella?

Fatima dijo...

Víctor, felicitaciones por esta idea. No te he visitado en semanas y hoy me topo con esta agradable sorpresa.

Al igual que Patricio Burbano, pienso que sería conveniente que lo difundas en otros blogs.

Anónimo dijo...

Felicitaciones por la iniciativa. Vásconez es de nuestros pocos grandes y a los grandes, por serlo, hay que mirarlos, callar, volver a mirarlos y esperar a que hablen.

Anónimo dijo...

Sólo he leído la novela Nieve de Orham Pamuk. La verdad, su literatura no me interesa. Aunque Pamuk se defina por conveniencia como "apolítico", creo que la academia no piensa lo mismo. En novela, el último premio nobel al cual leí con verdadero interés fue J.M. Coetzee. Estoy de acuerdo con Juan Benet, ese genial escritor español, cuando afirma que hay escritores a los cuales un admira (en mi caso, Faulkner, Onetti, Borges, Melville, Conrad, J.Marías, etc.), y otros cuya obra a uno le gusta o entretiene (G. Greene, Le Carré, Chandler) y por último están los que a uno no le interesan. Es el caso de Pamuk. Mi obra está al margen de la política. Mis intereses van por otros rumbos. Me apasiona la tensión de la gente ante la vida, las ciudades como escenario, en fin, el amor, los viajes, el miedo de una mujer o un hombre ante lo desconocido. Sin embargo, a pesar del autor, en toda novela siempre existen planateamientos políticos o morales.

Unknown dijo...

Javier... por eso mismo pregunté sobre el tema, ya que es parte de nuestra cultura como tú me señalas, sin importar si se haya tratado o no en nuestra literatura o en todas.

Gracias por tu respuesta. Interesante saber esos datos, sobretodo lo relacionado con las miniaturas del arte colonial quiteño.

Anónimo dijo...

Javier preguntè por el proyecto porque apareciò una nota en Diario El Universo. Extraño que no puedas comentar aquì algo, pero aceptable.

Victor dijo...

Estimado Javier,

He mencionado aquí a Pamuk porque veo en su trayaectoria algo que lo emparenta con el Ecuador. Pamuk es un escritor que, sin perderlo de vista, se hace "en el margen de Occidente", lejano a los centros donde se juntan las expresiones mejores de la tradición novelística. No tuvo él modelos nacionales que seguir ni un público local que lo leyera como habría sido de esperar; llegado a un punto de su escritura, descubre que la mejor manera de llevarla adelante es volviéndo sobre su propio pasado, el de la gente que conoce, pero con otra mirada, la que aprende —como también es tu caso— en Faulkner, Mann, Nabokov, Borges y Calvino.
Ahora una cosa: Sabemos que el ejercicio de toda actividad humana que apunta a la perfección, en su desplazamiento hasta esa meta ideal, debe enfrentar riesgos de diverso tipo. ¿en el caso de un escritor, cuáles son esos riesgos que debe correr, cuáles los que tu has debido enfrentar para sacar adelante tu trabajo?

Anónimo dijo...

Para Mirabella. La razón por la cual no creo que sea oportuno hablar aquí del proyecto en el que estoy metido se debe a que es un proyecto en preparación y en algunos aspectos aún no está definido. La idea es publicar con el Municipio de Guayaquil una selección de novelas ecuatorianas.

Eduardo Varas C dijo...

Estimado Javier:

En conversaciones con algunas personas, especialmente por 'Invitados de honor' y 'El retorno de las moscas', me he topado con comentarios que lo único que pueden causar es gracia: una especie de reclamo por la "falta de creatividad de Vásconez" al usar personajes de otros autores o referencias evidentes. Sí, ridículos criterios...

Lo más gracioso es que eso hacemos a diario al hablar de alguien y contar sus cosas, así que no le encuentro problema al asunto... allá ellos...

Pero mi pregunta va por ese lado: ¿Qué mueve a un autor a ese tipo de homenaje, de hacer suyo, en su propia narrativa, el mundo de otro autor, internarse (como explica en la respuesta a Patricio Burbano) en esa narrativa y transformarla? ¿Por qué sucede eso?

Un saludo y un agradecimiento a Víctor por la iniciativa.

Anónimo dijo...

Para Victor. En nuestro país hay una tradición rigurosa en poesía y en cuento, pero no ocurre lo mismo con la novela, con la cual andamos un poco desamparados. Por esta razón, yo he debido volver los ojos hacia los escritores de fuera para alimentar mi curiosidad viajera. Por suerte, como buen latinoamericano, poseo esta capacidad camaleónica. Mis viajes, mis lecturas diversas, me han enseñado a moverme con soltura en cualquier tradición. Durante mi juventud, en la biblioteca de mi padre, hice algunas incursiones por la novela ecuatoriana, pero donde recibí verdaderos estímulos fue cuando descubrí La Celestina, Melville, Dostoyevski, Conrad y Nabokov (en desorden, los leí en la adolescencia, al igual que a Julien Green). Pero mi encuentro con Faulkner en una pensión de Madrid representó un colapso. Me dejó sin respiro durante muchos años. Creo que aún no me he recuperado. Hice un viaje en autobús hasta el Sur de Estados Unidos, en Oxford, para conocer su casa. Una viejita, que cuidaba de sus cosas, no podía creerlo. ¿Venir de tan lejos para ver las cosas de Billy? Algo similar me ocurrió con Onetti. Sí, apuntar a la perfección es una tarea de todos los días, es un oficio de humildad frente a las palabras. Ah, las palabras, esas pulgas saltarinas con las que uno puede alcanzar otras dimensiiones, incluso inventar un mundo más real que el que nos rodea.

Anónimo dijo...

Eduardo, ¿dónde están esos reclamos? En serio, me gustaría leerlos... Si la creatividad tiene que ver con la magia, las alfombras voladoras o los gitanos, entonces llevo las de perder. Afortunadamente hay muchas formas de entender la creatividad. He utilizado el recurso de los homenajes no sólo para tender puentes y vasos comunicantes con la obra de algunos escritores a los cuales admiro, sino a fin de superar el aislamiento literario en el que vivimos. Pero también ha sido un ejercicio de libertad y una forma de divertirme. En un texto inédito, titulado "Nuevo Interrogatorio", afirmo lo siguiente: " Así pues, lejos de disimular o silenciar lo que pertenece al universo de un escritor ( de otros escritores), yo he optado por exhibir mi filiación y he proclamado, como homenaje explícito, los préstamos e incursiones en otras obras con el propósito de subrayar la naturaleza de este recurso".

Anónimo dijo...

Estimado Javier:

Puede leer uno de esos reclamos en: http://grupobusetadepapel.blogspot.com/2006/04/de-la-literatura-sobre-literatura.html

Saludos,

Victor dijo...

Javier:
Tu encuentro con la obra de Faulkner ha sido en tu vida, por lo que anotas líneas arriba, un acontencimiento determinante, la revelación de una manera de ver el mundo y presentarlo inigualablemente. ¿Cuáles crees tú que son las enseñanzas que te dió, y da, la obra del creador del condado de Yoknapatawpha? ¿Cuáles los desafíos que has debido asumir para hacerte con esas enseñanzas implícitas y no que el autor norteamericano lega en su obra?

Anónimo dijo...

Pra José Antonio. Lo que aparece escrito en ese comentario es una simpleza y una generalización. Un crítico debe ser respetuoso, además debe argumentar. Así pues, pretender meter en el mismo saco a todos los que han empleado este recurso - desde Cervantes hasta Durrell, por poner dos escritores que se me vienen a la cabeza - es una audacia. Es verdad que si nos descuidamos un poco, con este recurso se puede caer en la escritura de páginas librescas y desvaídas. En Invitados de honor, tanto Billy Faulkner como el ruso de Thecla teresina ( Nabokov) padecen de un exceso de vitalidad, no digamos El retorno de las moscas que es una novela de acción y de espionaje.

Anónimo dijo...

Para Victor. Hay dos cosas que con la que te instruye un maestro. La enseñanza estética y la ética. Faulker me enseñó las dos cosas. Al leer sus libros no sólo aprendí los secretos de su escritura, sino la perseverancia para poder escribir los míos.

Anónimo dijo...

Para Victor. Hay dos cosas con la que te instruye un maestro. La enseñanza estética y la ética. Faulker me enseñó las dos cosas. Al leer sus libros no sólo aprendí los secretos de su escritura, sino la perseverancia para poder escribir los míos.

Eduardo Varas C dijo...

Estimado Javier, gracias por la respuesta. Aclaro: son comentarios de algunos lectores, emitidos durante diálogos, que difícilmente se encontrarán por escrito...(hay momentos en los que lamento que mucha de la gente que llega a tener una idea y la expone en un comentario, no se anime a dejarlos por escrito e iniciar una discusión que podría ser valiosa... creo que tiene que ver con la debilidad del criterio). No es de extrañarse ese tipo de percepciones pues para muchos, y lo cito: "la creatividad tiene que ver con la magia, las alfombras voladoras o los gitanos"... y tiene razón en eso.

De este tipo de generalizaciones se puede esperar cualquier opinión volátil, así que no es de extrañarse tampoco.

Saludos

Anónimo dijo...

Eduardo, yo dije: Si la creatividad tiene que ver con la magia, las alfombras voladoras o los gitanos, entonces llevo las de perder. Afortundamente hay otras formas de entender la creatividad.

Victor dijo...

Javier:
En la prensa, revistas o páginas electrónicas que abordan el espectro literario, cuando se habla de las amenazas a la que la literatura está expuesta en la actualidad, o de los males que la asotan, suelo encontrar dos tipos de lamentaciones:
Una: que el mercado está minando su poder creativo y crítico al dar preferencia en sus corredores a un tipo de literatura más cercana al entretenimiento que a la experimentación, y que "los productos literarios" que ofrecen si no total, sí en gran parte, están definidos por las tendencias de lectura medidad en ejemplares vendidos.
Otra, —centrada en el Ecuador—, que hace pública su orfandad literaria, su carencia de padres “monstruos literarios”, como los que si tienen países vecinos como Perú y Colombia.
¿Tienen estas dos líneas de expresión algo de verdad o son una mera justificación sin fundamento?

Anónimo dijo...

¿Que le recomendarías a una persona joven que quiere dedicarse a la literatura?

Anónimo dijo...

Javier: Amo la literatura pero, ¿crees que "tiene futuro" en este mundo dominado por la imagen, los video juegos, la virtualidad electrónica, etc...?

Anónimo dijo...

Para Victor: Sí, las editoriales han influido, en mi opinión a veces negativa, pero no determinante, en cambiar los gustos literarios. Eso ha ocurrido no sólo en el mercado de lengua española, sino en todos los idiomas. Creo que es un fenómeno mundial. Por un lado debemos aceptar un tipo de libro comercial, ligero, convencional (pero siempre circularon estos libros), y por otro lado los libros para lectores más exigentes. ¿Cómo elegir un libro? Ahí radica el problema. En el momento de comprar un libro no sólo debería intervenir la publicidad, sino la cultura literaria, el gusto y hasta la erudición del lector. Muchas editoriales, en alianza con algunos medios de comunicación, han inventado y promovido escritores mediocres, de pacotilla. Pero también descubro que siguen publicando a escritores talentosos.
En relación a Ecuador. Aquí no existe una sola editorial capaz de cumplir su labor tal como yo la entiendo. No se trata únicamente de publicar libros, sino de distribuirlos en otros países, de venderlos, de promover a sus escritores. De eso no sabemos nada los escritores ecuatorianos. Tampoco existen agentes literarios. Las editoriales son demasiado pequeñas, igual que el minúsculo mercado ecuatoriano. Es un círculo vicioso. En este sentido Ecuador vive en mundo cerrado.

Victor dijo...

Puedo dedudicr de tu afirmación última (En este sentido Ecuador vive en mundo cerrado) que, si el mercado del libro en el Ecuador se desarrolla en tan estrechas condiciones, ello afecta directamente a sus escritores; primero, al aislarlos comunicativamente de sus pares de otros países mejor con una industria editorial mejor dotada; en segundo lugar, por padecer encierro, negaándoles la posibilidad de que sus libros tengan lectores de otras latitudes, lecturas otras que sabrían poner a prueba de manera imparcial la calidad de un texto. ¿He entendido mal la aseveración tuya a la que me refiero?

Anónimo dijo...

Victor: Sí, efectivamente en el terreno editorial Ecuador vive aislado, con todo lo que eso implica. El libro ecuatoriano no compite ni circula en otros países de América Latina. Eso significa el desconocimiento casi total de nuestras escritores en otros países. Como en todas partes, en Ecuador hay escritores de distinta categoría ( para uso regional, nacional e internacional ), pero no creo que haya un editor capaz de colocar a un escritor ecuatoriano en el mercado del continente. Tampoco creo que los críticos y los editores de fuera tengan la última palabra al juzgar un texto, pero si los libros ecuatorianos circularan fuera al menos tendríamos la posibilidad de exponernos a otros lectores.

Anónimo dijo...

Para el usuario anónimo. La literatura tal como tú la planteas es parte de la vida, ya no podemos prescindir de ella. La ficción está en todas partes. Es una necesidad humana. Al parecer no podemos soportar la realidad, así que necesitamos que venga la abuela a contarnos un cuento, el cuento de nunca acabar. Después de lo que Truman Capote hizo con la novela, creo que en el periodismo también se puede encontrar excelente literatura. El cine y las imágenes siempre tendrán más acogida popular, pero estoy convencido de que las novelas y los cuentos también poseen sus aliados inamovibles.

Anónimo dijo...

Para Joaquín: Buenas lecturas, trabajo y humildad a la hora de enfrentarse a los maestros para aprender de ellos.

Anónimo dijo...

Para Víctor, una importante aclaración. Ediciones Librimundi, que es parte de la célebre librería quiteña, coeditó algunos libros de poesía con editoriales españolas. Pero lo que se dice arriesgarse y colocar a un autor ecuatoriano en el mercado internacional, que yo sepa, no lo ha hecho ninguna editorial de este país.

Victor dijo...

Javier:
Por las condiciones del mercado editorial ecuatoriano, no es posible —como sería de desear— que los autores ecuatorianos “con categoría internacional” sean leídos en otras geografías. Ahora, si los críticos y editores de fuera no tienen “la última palabra al juzgar un texto”, ¿quién la tiene en el Ecuador? ¿Quiénes, qué o que tipo de institucionalidad, al interior de una sociedad con espacios de expresión y discusión artísticos restringidos, ejerce el poder legitimador de una obra escrita?

Anónimo dijo...

Victor, lo que quise decir es que una crítica no es necesariamente confiable porque viene de fuera. Y esto es aplicable a toda América Latina. Es verdad, los espacios de difusión intelectual en Ecuador son ciertamente restringidos, pero te aseguro que hay algunos críticos brillantes, muy capacitados. Insisto que algunos escritores ecuatorianos, de la forma que sea, merecen la oportunidad de circular y "exponerse" en el exterior. A pesar de que me gano la vida como editor (y eso me apasiona) pretender agotar el tema en este espacio es imposible porque es muy complejo.

Victor dijo...

Javier:
Insistì en lo anterior porque me parce sumamente importante lo que sucede con „el libro“ en el Ecuador y tù eres, asì lo creo, uno de los pocos escritores que pueden opinar con objetividad en este terreno que junta, o deberìa juntar, a su alrededor no sòlo a creadores, agentes literarios, y editores empresarios, sino tambièn a libreros, profesores, crìticos, polìticos y periodistas profesionales que sepan representar convincentemente los interses econòmicos y sociales que el libro tiene en una sociedad.
Ahora, para regresar a tus libros –sin perder de vista, mi comentario anterior ¿Cuàndo escribes un cuento o una novela, asignas al lector, la instancia final a quien va destinada ese trabajo, algùn atributo o caracterìstica especial?

Anónimo dijo...

Javier, suena tonto lo que te voy a preguntar pero, como sé que esto es muy humano, te lo formulo de todas formas: ¿existen libros que no se deberían leer? Puesto que siempre se hacen listas de los libros que hay que leer ¿es posible hacer una lista de diez títulos a los que no vale la pena dedicarles el tiempo?

Anónimo dijo...

Comprendo tu preocupación, Victor. Es lamentable que sobre el asunto de libro en Ecuador haya muy poca información. Tenemos una idea anticuada, absurda, incluso provinciana al creer que un escritor debe limitarse a escribir y punto. Olvidamos que en la actualidad el libro recorre un largo y sinuoso camino hasta llegar al público.
Puede ser que piense en el lector de una forma más bien vaga, abstracta, pero no como alguien concreto.

Anónimo dijo...

Cecilia, de entrada te digo que me considero incapaz de elaborar una lista con los libros que no se debería leer. Sin embargo, existe tanta basura en el mundo... Hay algunos libros que te aseguro que no volveré a leerlos. La romántica vida del Duque de Windsor, de Emil Ludwig. Mi lucha, de Hitler. Camino, de Escribá de Balaguer. La novelas de Zane Grey. Mujercitas, Heidi. María, de Jorge Isaacs. El pueblo soy yo, de P. J.Vera.

merdinhas dijo...

De onde provêm as imagens que chovem na fantasia?

Usted dice que "El cine y las imágenes siempre tendrán más acogida popular, pero estoy convencido de que las novelas y los cuentos también poseen sus aliados inamovibles"....


Eu penso que hoje somos bombardeados por imagens mas que não podemos ignorar a importância de uma faculdade humana....podemos ver imagens de olhos fechados.
É verdade que há milhares de imagens à nossa volta e que nós captamos essas imagens.

Mas para mim a literatura funciona ao contrário, funciona como se pudessemos cerrar os olhos (ojos) e alinhar as palavras de modo a pensar por imagens. De dentro para fora. Imaginar. E isso implica fazer tábua rasa das imagens que coleccionamos e poder inovar.

merdinhas dijo...

Confesso que estou bastante influenciado por um livro que li há pouco tempo...

"Seis propostas para o próximo milénio" de Italo Calvino, que aborda precisamente reflexões que implicam pensar a literatura como unviversal, sem distinções que tenham a ver com línguas ou países.

(Claro que a tradução é essencial...mas eu não saberia dizer tudo isto em espanhol. Fica a esperança de me fazer perceber)

Anónimo dijo...

Para Merdinhas. De dentro para afuera, imaginar: esa es la posibilidad de la literatura, estoy de acuerdo. Pero lo que yo dije acerca del cine y las imágenes estaba relacionado con una pregunta anterior.

Unknown dijo...

Hola Javier. Cuánto bombardeo hasta ahora!... Tres preguntas y una aclaración: En tus inicios, te adheriste o creíste profundamente en algunos de los famosos "mandamientos" de la escritura de cuentos pensados, entre otros, por Poe, Quiroga, Riberyro, Monterroso, Cortázar...?

Consideras que existe un "neo boom" latinoamericano en ciernes? (Pienso en Santiado Roncagliolo, Rodrigo Fresán, Fernando Iwasaki, Jorge Volpi, Andrés Neuman, quizá Juan Villoro, etc, que tienen en común haber emigrado a España para desde ahí trabajar su obra literaria) o será otra creación de doña Carmen Balcells, editora?

Crees agotado el tema de la "literatura sobre la literatura" que -vale decir, ha existido de hace mucho, desde el mismo Quijote o Pirandello- y qué autor crees que en estos tiempos ha sabido sacarle brillantemente el jugo y por qué (se me ocurre Bolaño o Vila-Matas como ejemplo)?

La aclaración:descontextualizar y no dar la cara son para mi cobardías por igual. Hablo por "José Antonio". La opinión que viste en nuestro blog de Buseta de papel, escrita por Jorge Osinaga, puede discutirse -al igual que cualquiera de nuestros posts- porque está para eso y no como decretar un absolutismo. Es una preocupación más que un reclamo. Porque el tema de la literatura sobre literatura se ha tornado "in", pero como es de esperarse no todos logran sacar diamantes de esa mina, se me ocurren dos novelas: "El círculo de los escritores asesinos", del peruano Diego Trelles y "El ángel literario" del guatemalteco E. Halfon. Esa misma preocupación la volqué cuando reseñé el muy curioso libro "Bartleby y compañía" de Vila Matas http://grupobusetadepapel.blogspot.com/2006/06/bartleby-o-el-mutismo-creador.html

con nombre y apellido, un abrazo,
Miguel Antonio Chávez

Anónimo dijo...

Para quienes viajan en "Buseta de papel", la cual me me parece una forma bastante delirante de viajar, y para Miguel Ángel Chávez.

Nunca he dejado de admirar a mis maestros, pero jamás me he adherido a ningún mandamiento a la hora de sentarme a escribir. Libertad, imaginación, trabajo. Esos son mis lemas. Por supuesto, en la actualidad tengo mis propias opinones, mis puntos de vista personales acerca del cuento. Sin entrar en demasiados detalles, considero el cuento un genéro muy flexible y que en los últimos tiempos ha evolucionado como ningún otro. De acuerdo a mis necesidades estéticas, yo hice el recorrido que me convenía, sin rendir cuentas a nadie. Unas veces fue "Angelote amor mío" o "Un extraño en el puerto" y otras "La carta inconclusa" o "El baúl de Lowell".

No sé si existe un nuevo "neo boom" de la literatura latinoamericana. Una inquietud: lo mejor de la literatura en español quizá no se está escribiendo en latinoamerica, sino en España. Por otro lado, la historia de la literatura no se hace a partir de booms comerciales, de modas, sino a partir de valores estéticos más profundos que a veces no se manifiestan de forma inmediata. ¿Quién había leído a Sándor Márai? ¿Quién se atreve con Clarice Linspector? Quién emite una opinión, fuera de España, acerca de Juan Benet ?
Doña Carmen Balcells no es editora, sino agente literaria, y supongo que es una dama cansada, que vive al margen de lo que ocurre en la actualidad. Es mejor
dejarla respetuosamente gozando de la nostalgia de haber sido uno de los soportes del otro boom, del verdadero, del que no sólo fue una moda, sino que significó una aventura estética para la novela latinoamericana.

Mucho de los nombres que mencionas son escritores de éxito más que de talento, en el sentido que yo doy a esta término, escritores que sobre todo salen en los periódicos ( lo cual está bien, ya que alguien debe salir en los perídicos a fin de halagar a quienes confunden el éxito con el talento literario ). Yo sigo y leo con interés la obra de Ricardo Piglia, Volpi, Zapata, Muñoz Molina, Coetzee, Eugenides, Mc-Ewan, Auster, Bolaños, Javier Marías, y algunos poetas.

La literatura dentro de la literatura. Ningún recurso se agota, sólo se renueva, todo depende de quien lo practique. Es verdad, hay ocasiones en que agotamos ciertos recursos, los desgastamos hasta convertirlos en papel mojado, pero eso es pasajero. Te aseguro que vendrán mejores tiempos, escribiremos no desde el papel ni sobre lo que está impreso, sino en función de otros valores estéticos. Yo mismo, modestamente, estoy trabajando en ello.
Desgraciadamente, no puedo responder acerca de las noveals mencionadas porque no las he leído.

Victor dijo...

Javier,
Tengo la impresión que las novelas escritas en las dos últimas décadas —las experimentales no logradas pero interesantes, las que se dejan leer de una sentada— siendo entrenedidas apenas nos descubren horizonte nuevo alguno o tienen la potencia suficiente para sacudirnos y poner en apuros a los pensamientos. ¿Tiene la novela aún posibilidades de colonizar nuevos territorios? ¿Qué es la novela, qué es el cuento en este siglo apenas empezado?

Anónimo dijo...

Víctor: No estoy seguro de poder responder una pregunta tan amplia que tiene que ver con la fatiga y el tedio de los lectores para recibir las novelas que se están escribendo. Es cierto, el consumismo nos ha adormecido los sentidos, la capacidad de sorpresa. Pero hay que saber distinguir. Un lector inteligente, sensible, curioso, puede reconocer enseguida si tiene en sus manos un buen libro. Hoy día hay libros para todos los gustos, incluso los vas a encontrar en los supermecados. A partir de esta oferta perversa, parece imposible hacerse una idea clara de lo que es una novela, pues las hay a montones. Algunas probablemente circularán por un mes y desaparecerán sin dejar rastro, porque son productos industriales. Pero quedarán otras, las que se escribieron con arte, con inteligencia y con riesgo. Kundera dice en relación a la novela: "... la prosa no sólo es el lado penoso o vulgar de la vida, es también una belleza hasta entonces menospreciada: la belleza de los sentimientos modestos, por ejemplo el de esa amistad impregnada de familiaridad que siente Sancho por Don Quijote..." Es verdad. La novela es el arte de la prosa y de lo concreto. A continuaciónlos te doy los nombres de algunas novelas que estoy convencido han colonizado nuevos territorios: "Desgracia" y "El maestro de San Peterburgo", de Coetzee. "El último encuentro", de Sándor Márai. Olvidar o prescindir de la novela resulta imposible, porque es tan humana como nuestros vicios y virtudes.

Victor dijo...

Javier,
Tengo dos preguntas: una quizá poco pertinente, relacionada con tu novela inédita, Jardin Capelo. ¿Es posible hablar de ella a pesar de no estar aún publicada?
La otra, puesto que “la novela” ha delineado en gran parte lo hasta aquí comentado, me gustaría saber algo de tu convivir con la novela nacional ¿de qué tipo es tu relación estética con la novela ecuatoriana?

Anónimo dijo...

Victor, efectivamente conservo una novela inédita titulada "Jardín Capelo". La escribí antes que "El retorno de las moscas". Para que veas lo increíble de la saituación. La novela ligera, corta, de espionaje tuvo mejor acogida editorial que "Jardín Capelo." Hace casi dos años que anda por las editoriales españolas, intentando abrirse paso. Recibo cartas entusiastas, halagueñas, de escritores y editores, pero sin embargo no logra ver la luz. Supongo que me estoy olvidando de ella. Como ocurre con algunos de mis novelas y cuentos anteriores, "Jardín Capelo" es la historia de un viajero que se transforma e interpreta un mundo a través del viaje y se desarrolla en varios escenarios: Barcelona, Quito, un jardín en el Valle de los Chillos.

¿Mi relación con la novela ecuatoriana? En líneas generales, ha sido bastante conflictiva. Hasta los novelistas de mi generación, la novela ecuatoriana era un tanto rústica, muy limitada, más que un producto estético poseía irritantes filiaciones sociológicas, políticas. La novela era utilizada como recipiente en el que se exponía problemas sociales. Mas que hacer de ella un arte esos escritores estaban obsesionados por exponer una tesis. Es el caso de Icaza. Desbordaba costumbrismo, ambiente de "terruño", prosa descuidada escrita sin tensión ni belleza. Sin embargo, tuvo el acierto de inventar con pinceladas aceptables el personaje de una ciudad, el "chulla" quiteño. Es un escritor que nunca me llamó la atención. Lo veo como un minimalista empecinado en describir los pueblos, el paisaje, la sordidez del mundo andino. De la novela me interesa lo esencial, como forma de conocimiento, es decir sólo lo que puede decirse en una novela.

Victor dijo...

Javier,
Respecto a Jardín capelo ¿Debemos suponer tus lectores que esa novela, de no publicarse en España, seguirá estando inédita?

En relación al género novela ¿Qué es lo que ella como medio puede decir y qué no?

Victor dijo...

Javier,
Cuando realicé mis estudios secundarios, la cosa más sosa del mundo sucedía cuando el profesor de literatura ingresaba en el aula. Con mis compañeros de curso no llegamos a experimentar en esa etapa de formación el gusto y el placer que depara la lectura de historias. Cuando lo descubrí por mis propios medios años más tarde, con soledad suficiente, mientras realizaba mis estudios universitarios, miraba en "ese recuerdo sin literatura" una falla de mi profesor; pero sobre todo tenía la impresión de haber sido objeto de un robo descomunal, y sufrido en carne propia un mal irreparable. Alguna vez, años después, en posesión ya de un mediano conocimiento de libros, abrí por casualidad un manual de lecturas de secundaria y ví que, a pesar del tiempo transcurrido las cosas no habían cambiado gran cosa desde mi adolescencia pues las lecturas que los jóvenes deben realizar en la actualidad en el colegio se acercan a los deberes patrios pero los alejan irremediablemente de esa forma de placer y conocimiento que posee la literatura en sí. Viene aquí mi pregunta ¿Si te fuera dado elaborar un plan de lecturas para estudiantes secundarios cuáles serían las obras que tu les recomendarías leer? ¿Podrías citarnos algunos títulos de literatura ecuatoriana, latinoamericana, española y de literatura universal que a ti te parecen imprescindibles en la formación de un joven pero se mantienen fuera del pensum obligatorio?

Anónimo dijo...

Victor: Prefiero dividir la pregunta. Primero te voy a responder acerca de la publicación de mi novela...

Sí, respecto a "Jardín Capelo"... no sé qué va a pasar. Es una buena pregunta. Porque si no cae un poco de agua en ese "jardín", algún estímulo, creo que va camino de secarse. Te aseguro que no tengo idea. Publicar en Ecuador es limitar las posibilidades de cualquier libro. Es someterse voluntariamente al silencio, a la indiferencia, al olvido. Ya hablé de eso antes, el mercado aquí es minúsculo y las perspectivas desoladoras. Por otro lado, desconozco cuál es método empleado por las editoriales españolas para decidirse a publicar un libro. En el caso de que posean alguno, en serio, no sé cuál puede ser. Por un lado nos hacen creer que exigen del escritor calidad, riesgo, pero en la práctica no se comportan así. Intuyo que tiene que ver con la procedencia del escritor. Descontando la calidad y la buena escritura, imagino que hay países, temas, etc. más comerciales y atractivos que otros.

Anónimo dijo...

Víctor: Acerca de la novela... No puedo entenderla como medio de difusión, eso sería limitarla, sino como un arte. Ayer lo comenté. Ignorar o prescindir de la novela es imposible, porque ya es parte de nuestra historia. Entre otras cosas, la novela es el arte supremo de la prosa y de la ficción. Porque la prosa adquiere dimensiones grandiosas, complejas, en el arte de la novela. Si hacemos memoria, caemos en cuenta que lo primero que enveceje y se desgasta de una novela es un tipo determinado de información (aunque a veces es necesaria), relacionada con datos innecesarios que sólo incumbe al periodismo, porque una novela no trata de demostrar nada. Por eso las mejores novelas son las que disparan nuestra imaginación, las que nos invitan a participar en su largo recorrido por las palabras, y no las que nos llenan la cabeza de información.

Anónimo dijo...

Ya sabes, Victor, que detesto las listas. Elaborar listas en el terreno de la literatura es una forma de imposición. Además, la lista que me pides sería demasiado larga. A riesgo de cometer serios errores, voy a intentarlo en desorden.

Edipo Rey.
El Quijote.
La Celestina.
La Divina Comedia.
La obra de Shakespeare, Lope de Vega, los poemas de San Juan de la Cruz y de Quevedo.

El proceso, de Kafka.
La metamorfosis, de Kafka.
Los cuentos, de Kafka.
En busca del tiempo perdido, de Proust.
Ulises, de Joyce.
Las Olas, de Virginia Woolf.
La obra completa de Borges.
El cuarteto de Alejandría, de Durrell.
Moby Dick, de Melville.
Batherby el escribiente, de Melville.
Los tres mosqueteros.
El corazón de las tinieblas, de Conrad.
Lord Jim, de Conrad.
La línea de sombra, de Conrad.
El agente secreto, de Conrad.
Luz de Agosto, de Faulkner.
Absalon, Absalon, de Faulkner.
Santuario, de Faulkner.
La Playa, de Pavese.
Cien años de soledad, de García Márquez.
Juntacadáveres, de Onetti.
La vida breve, de Onetti.
Los adioses, de Onetti.
Las novelas de Macroll, de Álvaro Mutis.
La ciudad y los perros, de Vargas llosa.
La Casa verde, de Vargas Llosa.
Una meditación, de Juan Benet.
Aura, de Carlos Fuentes.
El obsceno Pájaro de la noche, de José Donoso.
Corazón tan blanco, de Javier Marías.
El poder y la gloria, de Greene.
El factor humano, de Greene.
Novelas policíacas de Hammmet.
Novelas policíacas de raymon Chandler.
El espía que volvió del frío, de J. Le Carré.
A sangre fría, de Truman Capote.
Lolita, de Nabokov.
Crimen y castigo, de Dostoyevski.
Los hermaanos Karamazov, de Dostoyevski.
Demonios, de Dostoyevski.
Ana Karenina, de Tolstoi.
Bajo el volcán, de M. Lowry.
La Habana para un infante difunto, de Cabrera Infante.
El siglo de las luces, de Alejo Carpentier.
El Extranjero, de Camus.
La condición humana, de Malraux.
El túnel, de Sábato.
La poesía de Baudelaire, Rimbaud, Yeats, W. Blake.
La poesía de Jorge Carrera Andrade.
La poesía de Alfredo Gangotena.
La poesía de Rojas, Neruda, Octavio Paz, Gorostiza, Cernuda, Brines.
Hojas de hierba, de Walt Whitman.

Anónimo dijo...

Víctor, ya se me están viniendo nuevos nombres de escritores a la cabeza. Cómo olvidar Madame Bovary, de Flaubert, y a Juan Rulfo que no sólo es un escritor y un maestro, sino "toda una literatura".

Victor dijo...

Javier,
Tu lista es variadísima; supongo que un colega tuyo o un profesor bien informado, festejaría con mucha razón esta lista de referencias, o mapa de autoindagación. Sin embargo, creo que un jovén pondría el grito en el cielo si tuviera que opinar sobre ella.
Para hacerle más fáciles las cosas a este hipotético joven, me gustaría preguntarte algo ¿Por qué razón tendría que leer el joven de marras Edipo rey de Sófocles, Crimen y Castigo de Dostoievski, Bajo el volcán de Malcolm Lowry o El extranjero de Albert Camus?

Anónimo dijo...

Víctor, tú hiciste la pregunta. Yo respondí. Ahora me sorprendes con esta nueva pregunta. Sólo puedo decirte lo siguiente, porque es joven y tiene tiempo para hacerlo. Además, si es tan joven debería aceptar los desafíos.

Victor dijo...

Javier,
Gombrowicz se pregunta en su Diario ¿Qué pasa cuando uno pertenece a una cultura secundaria? ¿Qué pasa cuando uno escribe en una lengua marginal? Me llama la atención esta formulación hecha por el escritor polaco relativa a su circunstancia. Ese no es del todo el caso de los escritores ecuatorianos, sin embargo, al hablar de mercados, editoriales, contactos personales, sale siempre al paso el fantasma de la marginalidad - en varios sentidos. ¿Crees que estas interrogaciones hechas por el escritor polaco tienen sentido alguno en un escritor ecuatoriano?

Anónimo dijo...

Para volver al universo del narrador quisiera preguntarte sobre los personajes de tu obra. Qué decir, por ejemplo, de la Sofía de La sombra del apostador o de las mujeres que rondan tus páginas. Y otra, hay personajes, como Roldán, el Coronel Castañeda y el mismo Kronz que están presentes en varios de tus cuentos y en las novelas.¿Te persiguen? ¿Crecen? ¿Permanecen? ¿Viven y te dictan su presencia?

Anónimo dijo...

Víctor: A veces creo que si bien Ecuador es parte de America Latina no quiere (o tal vez no puede ) entrar en la historia. Es la maldición de los países pequeños. Para participar en la historia hay tener conciencia de sí mismo, hay que pagar un peaje y cumplir ciertas responsabilidades, y eso nos aterra. Pero ese no es el caso de México, Argentina o Cuba. Pero la lengua española no tiene los problemas y limitaciones del polaco. El español es una lengua hablada por millones de personas y su industria editorial es pujante. Eso no ocurre con el polaco. Los problemas de Ecuador y sus escritores, en mi opinión, son de otra índole. Más que una afinidad con las opiniones de Gombrowicz acerca de la literatura, o de la novela en particular, comparto algunas ideas con Milan Kundera: "De pronto, vi mi Europa Central inesperadamente cercana a América Latina: dos límites de Occdidente situados en extremidades opuestas; dos terriororio descuidados, despreciados, abandonados, dos territorios parias; y las dos partes del mundo más profundamente marcadas por la experiencia traumatizante del barroco". Luego Kundera añade: "Y pense también en otra afinidad entre nuestras tierras natales (está hablando con Carlos Fuentes); ocupaban un lugar clave en la evolución de la novela del siglo xx.." ( El Telón,Tusquets). De esa afinidad, de ese desamparo, de esta intuición han nacido muchas de mis páginas, y algunos de mis personajes. Me gusta cruzar ese puente cultural, aunque no sea el único. También creo, sobre todo en el caso de los Andes, que existen otros puentes culturales que aún no han sido señalados.

Gombrowicz se horrorizaba ante la idea de quedar señalado como provinciano, desconfíaba de las vanguardias, de la literatura polaca, a pesar de haber insistido en el polaco para escribir sus libros. Nunca se identificó con casi ningún novelista contemporáneo. Y según he podido comprobar no leyó a Broch ni a Musil, tampoco sintió interés por Proust ni por Kafka. Para escribir su obra, Gombrowicz tuvo que mostrarse indifente hacia muchos escritores. Es decir, fue coherente con sus principios estéticos... nada más.

Anónimo dijo...

Para Milagros: Siempre he querido que las mujeres de mis libros, tanto Violeta en El viajero de Praga como Sofía en La sombra del apostador, y en la medida de lo posible todas las demás, fueran convincentes, sensuales, bellas, poderosas, y a su manera libres. Por eso, me produce alegría descubrir que una mujer se haya interesado por ellas. ¿Que siento por los demás personajes? Sobre todo, curiosidad, quizás un poco de angustia. Porque están ahí esperando, soñando, a punto de apoderarse de mi imaginación y empezar de nuevo. Después del asesinato de Aníbal Ibarra, Roldán ha desaparecido con Lena en su camioneta. En la actualidad, a lo mejor vive en una ciudad de provincia donde los vecinos de una calle desolada oyen cada día
el toc-toc de sus muletas. El doctor Kronz probablemente fuma junto a una ventana, pensando en Violeta al amanecer. En cambio, al Coronel Juan Manuel Castañeda lo veo entrar a un hotel en mi nueva novela, y así van creciendo sin tiranía todos ellos, me acompañan como sombras y hasta oigo sus voces...

Patricio Burbano dijo...

Javier, Solamente quisiera hacer un par de observaciones sobre lo que comentas respecto a Gombrowicz. Creo que Víctor ha dado con el dedo en la tecla al señalar esa reflexión del polaco que aparece en sus Diarios. La genialidad de Gombrowicz es que hizo de sus desventajas sus mejores armas, en el plano vital y el estético.

No es que él haya despreciado a Kafka y a otros escritores. Gombrowicz despreciaba (y con razón) a los “kafkianos”. Lo mismo le pasaba con Borges y algunos otros escritores “oficiales”. En cambio, su literatura dialogó con la de Thomas Mann, Nietszche, Jarry, Rabelais, etc.

En mi opinión, el genio polaco es el mejor ejemplo de lo que se puede conseguir a base de verdadero talento y convicción, más allá de los problemas editoriales, lingüísticos, políticos, geográficos, etc. Se ha convertido en el maestro de muchos de los escritores más interesantes en lengua española: Sergio Pitol, César Aira, Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, etc.

Creo que todos los escritores ecuatorianos deberían leer los Diarios de Gombrowicz, para ver si pierden la costumbre de atribuir su “mala suerte” a la geografía, instituciones, y demás, en lugar de aceptar de una vez sus propias limitaciones y falta de talento...

Anónimo dijo...

Antes de terminar esta entrevista, deseo agradecer especialmete a Víctor por su generosidad y paciencia, y a todos los que han intervenido en ella.

Víctor, aquí van las respuestas:

¿Qué te gusta y disgusta de Quito?

Me gusta su humor y su topografía. La transparecncia de la luz cuando arranca el día. Me molesta su tráfico, la ciudad cortesana o sicológicamente sofocante, encerrada en sí misma, eso me disgusta...

¿Qué ciudades te gustaría conocer?

San Petersburgo. Vancouver. Estambul. Valparaíso. Hamburgo. Hong- Kong. Veracruz.

¿Que ciudades te hacen sentir bien?

Madrid, Quito, Guayquil, París, La Habana, Berlín, Nueva York, Lisboa, La Coruña, Buenos Aires, Lima, Nuevo Orleans.

¿A qué ciudad, paisaje o lugar no quisieras volver nunca?
Houston. El desierto.

Para un viajero los hoteles tiene una significación especial, ¿qué es para tí un hotel, qué no te gusta de ellos?

Sí, me gustan los hoteles. Me encantaría vivir en uno de ellos. Me gusta su libertad, el servivio de copas, el misterio que despiden. Adoro los hoteles viejos, de tipo europeo.

¿Cuál es la hora del día que prefieres para sentir el tiempo o la intimidad del tiempo?

La noche.

¿Tienes un rito para la lectura, uno para escribir?

En cuanto despierto, leo poesía acompañado de una taza de café. Luego, leo otras cosas. Antes elegía la noche para escribir, ahora escribo por la mañana.

¿De la cocina ecuatoriana cuáles son los platos que te gustan y cuáles no?

De la cocina española me gusta los calamares en su tinta, el pan con tomate, el cochinillo, la paella, el cocido madrileño, algunos platos gallegos. De la cocina ecuatoriana me gusta el ceviche, la menestra, el locro, el viche de pescado, el sancocho, los llapingachos, el hornado, todos los tamales. Detesto el cuye. Me gusta la cocina italiana, francesa, mexicana, china, pakistaní, hindú. No me muero por la esquemática comida japonesa.

¿Cuándo están en el extranjero que es lo que más extrañas de Ecuador?

La sensación de intimidad. La lluvia. Mi biblioteca.

¿Cuáles son tus objetos preferidos?

Los relojes de pulsera. Las plumas estilográficas. Los libros.

¿Tienes una novela a la que guardas especial cariño?

Los adioses.

¿Te gusta algún cuento especial ?

Me gustan cuatro cuentos. Una rosa para Emiliy, de Faulkner. El infierno tan temido, de Onetti. El aleph, de Borges. Una tumba, de Juan Benet.

¿Te gustan las montañas?
Prefiero el mar.

¿De los cuatro elementos cuál te atrae más?
El agua.

¿Qué animales te gustan?
Los gatos. Los caballos. Los pumas.

¿Qué color hace que te sientas bien?
El verde.

Qué es lo que te gusta de las mujeres?

La sensibilidad, su simpatía y sus ojos.

¿Qué es lo que te gusta de los hombres?

Su lealtad.

¿Qué libro te llevarías a una isla en el caso de que tuvieras que permanecere solo?

Ninguno.

Anónimo dijo...

Ante la descontrolada arremetida de Patricio Burbano, me veo obligado a responderle. Definitivamente, has entendido o leído mal mis opiniones. En primer lugar, yo no he dicho que Gombrowicz "despreciara" a Kafka. Dije que no se había interesado por él. Luego, yo hablé de "puentes culturales" al compartir algunas opiniónes de Kundera sobre Europa del Este y América Latina, lo que en su momento me impulsó a escribir El viajero de Praga. ¿De qué escritores oficiales hablas? ¿De Kafka, Broch, Musil? Si para muchos escritores de lengua española, Gombrowicz es considerado su maestro, yo celebro por ellos. Pero no es uno de los míos. En literatura, uno tiene derecho a escoger sus propios genios. Así que nadie ha puesto el dedo en ninguna tecla, eso te puedo asegurar.

Unknown dijo...

De acuerdo con Miguel, ese artículo o post escrito lo pensé -como él dijo- más como una preocupación, que un reclamo.

Ante todo, el autor tiene total libertad de hacer lo que le parezca. Pero me preocupa esa corriente de recrear personajes ya existentes. Más sabroso es lo original 100% ¿no? Gracias y saludos,

Jorge Osinaga

caracol dijo...

osinaga, no tienes idea de lo que es la originalidad... todo personaje "inventado al 100%" es una recreación de muchos otros con los cuales el autor o convivió o los conoció o leyó o imaginó o etcetera...

parece que no has visitado a borges en absoluto... lea, joven... le hará bien

Anónimo dijo...

What the skin-shedding ... is that?
hydrocodone

Un abrazo ecuatoriano-mexicano

Por mero equilibrio es necesario contraponer pesos – para no dar un mal paso. Las relaciones diplomáticas de Ecuador y México están rotas de...