1.5.16

Un espejo para Avelina

Sobre la doblez, sobre su capacidad de suplantación y destreza para el embauque, para intentar sorprendernos, se ha escrito copiosamente. Desde nuestro admirado novelista Vargas Llosa hasta nuestro amigo M. A. Rodríguez, se tensa un arco de opiniones que tienen por objetivo desenmascarar al “Arte Contemporáneo” y dejarlo en evidencia. Los argumentos suelen ser los mismos y la comparación su mejor instrumento. En esos textos se da por sentado que quien los escribe sabe qué cosa es arte y por ello está capacitado para juzgar y determinar lo que no lo es. Sin embargo, esas opiniones expuestas en buena prosa suelen ser impresionistas y arbitrarias. No iluminan el campo de discusión, el espacio en el que se ha gestado el nombre sino que, negándose la posibilidad de comprensión, confunden sus significados y lo clausuran sin más.
Al respecto, desde hace un par de años, de visita por portales que me son gratos, he dado una y otra vez con textos de la crítica de arte Avelina Lésper quien, en los tiempos que corren y por la manera cómo lo hace, es de momento (pero sólo en lengua castellana), me parece, su más visible denostadora. No comparto sus puntos de vista, sin embargo, desde mi primera lectura de sus comentarios no dejó de llamar mi atención, la enjundia que los teje y que, mal interpretada, multiplica la confusión ya existente ante el nombre arte contemporáneo.
Acabo de leer un texto calmo, breve y muy bien argumentado del crítico de arte colombiano Halim Badawi: Diatriba contra Avelina Lésper. Todo cuanto se pueda decir de las personas cultas que no logran concebir lo que es el “contemporary art” o que califican a las críticas de la señora Lésper de ”directas”, “radicales” y “valientes” cabe en esta breve diatriba que bien podría ser también un espejo.

27.2.16

Mustang




La pasan en la sala 3 del Houdini (pequeña, seis filas apenas). Entré allí como el niño despistado y curioso que quiere ser arrullado por la sorpresa. No sabía nada sobre del film. Me invitaron a verlo mujer e hijo (un halón de expontaneidad aupado por el mal clima). Con ellos discuto a gusto sobre ficciones y algunas realidades, una buena razón para meterme a ciegas en esa salita.

Llevado por el hábito, como quien consulta a las nubes, empecé a barajar las posibilidades que el nombre me sugería: Mustang me remitía sólo al auto americano que lleva ese nombre inspirado en los caballos salvajes que corretean por las praderas del oeste gringo y, también, por correspondencia, en la fascinación de quienes lo conducen­ - en films, carreteras y sobre todo por calles altamente expositivas.



Pero nada que ver con autos o caballos (o pueda, si lo tomamos como metáfora del ímpetu y la necesidad de liberarse y correr): vinieron imágenes de un jolgorio lleno de luz, colores y risas juveniles, algo que en principio nada tiene que ver con prados o Francia, de donde, ví entonces, venía gran parte de la financiación del film y, culturalmente, también su directora turco-francesa.  



Deniz Gamze Ergüven(1978) teje sobre cuadros luminosos y apacibles de la campiña turca  la historia de cinco muchachas huérfanas que viven bajo el cuidado de su abuela y su tío. La historia trata de su crecimiento en un entorno donde el ser femenino, determinado por costumbres severas, debe permanecer incólume si quiere alcanzar su realización (para mostrarse primero como humildes postulantes, luego como solicitas posibilidades y, finalmenmte, como esposas dependientes). Suceden varias cosas que alteran ese programa, suceden varias cosas paralelas al programa que enturbian cuanto debería resplandecer como el maravilloso sol que se posa en el jardín y entra a las habitaciones por entre el enrejado.


Una mirada que se muestra fresca, un relato meditado que aleja de sí la posibilidad enervante de una mala lectura. No es la religión, no es el Estado, al malo no hay como señalarlo con el dedo. La desavenencia entre la vida y el orden resignado y mudo engendra dolor, mata la posibilidad que somos. Esta Mustang va más allá de Turquía, sus praderas son la vida misma.
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Una entrevista a la directora (en alemán)




Un abrazo ecuatoriano-mexicano

Por mero equilibrio es necesario contraponer pesos – para no dar un mal paso. Las relaciones diplomáticas de Ecuador y México están rotas de...