11.10.06

Nuestro hombre en El País

No somos pocos los lectores latinoamericanos que visitamos asiduamente las páginas impresas o virtuales del diario El País de España. Soy uno de sus agradecidos lectores desde hace más de una década (desde antes que las revoluciones propiciadas por la internet cambiaran su aspecto —y el de los medios impresos en general—, sus estructurarse financieras y, bueno, nos lo volvieran asequible para casi todo el mundo, desde cualquier parte del mundo).

Ha cambiado mucho el periódico en la última década. Por ejemplo, desde hace más o menos un lustro no es más "el periódico en sí" que era, ese medio "entero" que nació como tal el 4 de mayo de 1976, impulsado por el afan democrático de un grupo de jóvenes talentosos que no podían imaginar una España deseosa de ponerse a punto con el ritmo de Occidente sin un diario que la confrontará con su realidad de entonces, de sociedad en transición política, de país europeo fuera de la Comunidad Económica Europea.

Empresarialmente, El País no es no es más ese periódico solo de sus inicios; en la actualidad es parte del Grupo Prisa, nombre de una estructura empresarial transnacional que junta a un conglomerado de firmas cuyas actividades se centran en los medios de comunicación y la industria editorial en lengua hispana (y por las acciones que posee de Le Monde, vale decir, también francesa).

Periodísticamente, a pesar de las relaciones endogámicas propiciadas por las fusiones empresariales —recuerdo que en sus mismas páginas, elocuentemente, lo denunciara en su momento Juan Goytisolo— el periódico ha sabido mantener las bases que hicieron de él lo que sigue siendo en la actualidad, el diario más internacional de España, y para Latinoamérica, un punto de vista referencial cuando se trata de mirar con distancia objetiva las realidades políticas, económicas y sociales de los distintos países del continente.

Por el afan informativo, esclarecedor e internacionalista que propicia el diario, no es raro que estemos acostumbrados a leer en sus páginas noticias, crónicas, opiniones o reportajes sobre Latinoamérica o cualquier parte del mundo redactadas, así mismo, por escritores, profesores y periodistas latinoamericanos (son estos en verdad un nutrido grupo). Leo a todos con gusto pero suelo fijarme con interés en los que vienen de mi país, el Ecuador.

Puede que hierre, sin embargo, no será con desproporción si afirmo que los dedos de una mano bastarían para contar a las personas ecuatorianas que escriben en sus páginas.

Bueno, la edición de este día de El País nos trae un artículo de tribuna firmado por Jorge Benavides Solís, arquitecto ecuatoriano, colaborador regular de este diario en su versión internacional o, como es el caso en este día, comunitaria (Andalucía).

A varias personas interesará este artículo sobre protección de centros históricos. Para los ecuatorianos, para los quiteños en especial, es este tema de mucho interés. La ciudad como materia de reflexión es una constante en la producción intelectual de Jorge Benavides Solís; y desde luego, en ella Quito, con su centro histórico, el más grande de Sudamérica —declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad (1978)—, ocupa un lugar especial. Como también lo es Sevilla, la ciudad en lá que reside, y de la que ha escrito una historia de ella.

Buscando datos en la red sobre JBS acabo de descubrir su página electrónica; no está terminada pero podemos leer en ella varios de sus trabajos.

2 comentarios:

arbusto el guerrero dijo...

Por si le interesa, aquí le dejo este link
www.elmundo.es/elmundo/2006/10/10/internacional/1160502391.html

(es el diario EL MUNDO, supongo que también lo conocerá)

arbusto el guerrero dijo...

www.elmundo.es/especiales/2006/10/internacional/elecciones_ecuador/album/index.html

(aquí hay más)

Un abrazo ecuatoriano-mexicano

Por mero equilibrio es necesario contraponer pesos – para no dar un mal paso. Las relaciones diplomáticas de Ecuador y México están rotas de...