1.5.06

¿Conocen a un tal Stein?

Me anticipo: yo, no. Y hasta hace una hora ni sabía que ese nombre iba a interesarme.

De visita por el barrio virtual, he dado con un texto firmado por Leopoldo Alas “Clarín” en 1894. Un texto en el que comenta de libros y buenas formas lingüísticas, de nombres y malentendidos "intercontinentales" dados en el ámbito de las letras de esos años. Un acápite del texto lo dedica a la Revista Literaria de Cuenca del Ecuador, y en él, a uno de sus redactores, o quizá editor, Stein.

No había escuchado hablar nunca de esa revista que se publicaba en Cuenca hace 112 años. Los estudiosos de la literatura ecuatoriana de seguro sabrán de su existencia y su rol en aquellos años en este país , o en la lengua, por lo que hace notar el autor español.

Esta mención que hace Leopoldo Alas “Clarín” de Stein en el contexto ecuatoriano, sin embargo, por lo que allí dice de él (el texto viene líneas abajo), me dejó intrigado. Me pusé a indagar datos suyos en la British Library, cuyo catálogo podríamos considerar una memoria viva y exhaustiva del mundo pero, lamentablemente, no encontré nada que lo refiriese. Por otras rutas, sin embargo, he dado con dos textos que, por ser coincidentes, me han inquietado más: un homónimo de esos años.

En antiQbook, una web de anticuarios que ofrecen libros, revistas y más publicaciones antiguas, se ofrece en venta la siguiente revista:

Gran Alamanaque de El Mosquito para 1880, con más de cien caricaturas y dibujos por Stein. REVISTA Alemania, Franz Wolf, 1979. Cardboars. 8vo 40 + V pp ills Very good. ¶ Contamos con ejemplares de una tirada especial de trescientos. USD 15.00
Offered by: Librería de Antaño. Members of I.L.A.B. - Book number: AA22B000026

Stein sigue llamándose Stein a secas. El Mosquito, deduzco que es una publicación argentina que apenas tiene algo que ver con Revista Literaria de Cuenca, puesto que sus intereses parecen ser otros, lejanos entre sí. Pero ni modo. Dada la casualidad provocada por la lectura, me place esta pesquiza breve que me ha hecho tropezar con dos "piedras" de interés: el Stein ecuatoriano, del que jamás había escuchado hablar nada hasta este momento; y el Stein afinacado por esos años en la Argentina, que por cierto, parece haberse llamado Henri (o Enrique) y, por lo que cuenta una página, había sido uno de los primeros en incursionar en el mundo del comic en Latinoamerica.

Pero veamos lo que dice el autor de La Regenta:


La sandez intercontinental

Leopoldo Alas


Las Novedades. Nueva York (EEUU), 1894.
22 de noviembre, 1894


En la Revista Literaria de Cuenca (Ecuador) leo una serie de artículos firmados Stein, en que se trata con buena forma y excelente juicio de corregir suavemente la deplorable tendencia de muchos escritores jóvenes de América a imitar de modo servil y con ridículas extravagancias las rarezas de cierta parte de la modernísima literatura parisiense. Aquí mismo y en otras muchas partes he escrito yo, con la mejor intención del mundo, en el mismo sentido que Stein, el cual, por cierto, me honra apoyándose en mi opinión y citando mis palabras. Mucho me alegro de que haya por allá quien piense en esto como yo; así se verá que no es absurdo desdén metropolitano lo que mueve mi pluma en tal dirección, sino el óptimo deseo de que no se pierdan en un callejón sin salida pasos que el ingenio americano da con generosa y espontánea animación para progresar en las cosas del ingenio.

Imitar, como en otro tiempo hacían por ahí los más de los poetas y prosistas toda una cultura secular como era el clasicismo, y aun seguir las huellas de la menos duradera pero enérgica y graciosa exaltación romántica podían ser empresas más materiales que gloriosas, pero con mucho eran superiores a esta de repetir las muecas y contorsiones de una evidente pero muy limitada decadencia. Porque no se olvide que no son las sólidas y sanas letras francesas las que agonizan en esas chocheces de muchachos, que tienen puerilidades de viejos; lo que agoniza es el inútil esfuerzo de la medianía que quiere darse aires de excepcional grandeza; el genio atormentado por complicaciones cerebrales y del gran simpático.

No quiera Dios que los americanos vuelvan a tener a Baralt por gran poeta ni a imitar opportune atque importune a Espronceda... pero se puede admirar sin gran entusiasmo El Niágara de Heredia... sin tomar por genios a Richepin, ni a Rallinat ni por ingenio siquiera a los inventores de diabluras efímeras e incoherentes.

Debo advertir, y no por pueril vanidad, que los artículos de Stein los copia, y por lo visto hace suyos, El Diario de Caracas; y por su parte La Estrella de Panamá, refiriéndose a lo que en Las Novedades he dicho, y a las mismas palabras mías que citaba Stein, abunda en mi sentir y tiene a bien y no a mala voluntad contra la literatura americana mis desinteresados consejos a la juventud española (sí, española) de esa hermosa tierra dueña del porvenir.

9 comentarios:

arbusto el guerrero dijo...

Le felicito por su investigación, Señor Vivito.

Curiosa figura la de Clarín. Desde hace varias décadas, está integrado en el canon de la literatura española como máximo representante de la novela realista del XIX. Sin embargo, se olvida su destacado papel como crítico literario en el último tercio del siglo. Desde Oviedo, una pequeña ciudad del norte de España, repartía alabanzas y ataques a los grandes autores de su época. Sin duda, un ejemplo de que el talento literario no tiene que venir necesariamente del centro político de las naciones.

También me parece muy interesante la conexión de Clarín con las novedades americanas (América, en español, es el continente, no los Estados Unidos). En unos tiempos sin los avances tecnológicos actuales, no deja de fascinarme el hecho de que autores como Pérez Galdós o el propio Clarín publicaran regularmente artículos en la prensa americana, y además conocieran de primera mano las novedades editoriales al otro lado del Atlántico.

Quizá deberíamos recuperar ese espíritu verdaderamente transnacional. ¿No lo cree, Señor Vivito?

Victor dijo...

Estimado Arbusto
Un gusto tener noticias tuyas!
Hasta no hace mucho, quince o veinte años a lo mucho -antes de la ola electrónica-, era posible encontrar en las librerías quiteñas todo tipo de publicaciones de interés hechas en diferentes ciudades españolas, en las de la Argentina, Colombia, Venezuela y claro, Mexico. Hoy no. Se importa poco y, por lo que tengo entendido, exportamos casi nada. Paradojas de la modernidad: hace un par de lustros la comunicación que de verás vale fluía de mejor manera; hoy fluye ciertamente más información, pero no aquella que podría convertirse en conocimiento.
Me sumo a tu invitación para recobrar ese espíritu transnacional, que nada tendría que ver con el cosmopolitismo turístico en todo caso, pues me parece que es ello lo que mejor le calza al arte y la literatura.
Y a propósito de Clarín, totalmente de acuerdo en tu apreciación.
Que estés bien y hasta otra vez.

. dijo...

Excelente blog. Voy a visitarlo seguido. Un abrazo desde Argentina.

Victor dijo...

Pablo, muchas gracias por tus palabras. Desde la vieja Zürich, igualmente, va un abrazo.

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