25.3.06

El Ecuador & The Economist

The Economist es el semanrio quizá más prestigioso del mundo. Es un medio ampliamente conocido no solamente entre personas ligadas a las finanzas y la política, sino, por la variedad e imparcialidad que le caracteriza, por todo tipo de lector que quiera tener y mantener una idea más o menos cábal de los rumbos por los que va el mundo. Un precio deben pagar los redactores que trabajan para este semanario consultado por los lideres de la economía y política de todo el mundo: el anonimato. Los artículos que se publican en esta revista no están firmados por tal o cual especialista en tema x o y. Sin embargo, se sabe que las personas que colaboran en esta revista son todos investigadores, intelectuales y periodistas del más alto nivel. Fernando H. Cardoso, ex presidente de Brasil, por ejemplo.
La primera edición de este semanario inglés salió al mercado en 1843.

Esta brevísima aclaración, sólo para dar una pista de la procedencia del artículo que a continuación copio, aparecido en la edición de este día 24, en el que se da cuenta de los sucesos que ahora mismo están sucediendo en el Ecuador. Triste la frase final con la que cierra este breve artículo. Triste porque sobre todo es cierta.

(el original en inglés, para los que deseen leerlo —y de paso corregir mi apurada e imprecisa traducción— lo pongo en la columna de comentarios)


Tensión pre-electoral

Desafíos a un gobierno débil


EN 2002, Lucio Gutiérrez, un ex-coronel del ejército a la cábeza de una alianza política que incluía al movimiento indigena entones bastante fuerte, fue elegido presidente del Ecuador. En abril de 2005, el señor Gutiérrez fue expulsado de su cargo y el movimiento indígena, del que él había tomado distancia con aterioridad, está ahora dividido. Pero incluso así, y de distintas maneras, ambos le están haciéndo la vida difícil al gobierno interino del Ecuador.

El desafío más inmediato viene de los grupos indígenas. El 21 de marzo, luego de varias jornadas de protesta y enfrentamientos, el gobierno declaró el estado de emergencia en cinco provincias de la sierra. El movimiento indígena más numeroso, la CONAIE, amenazó con tomarse Quito, la capital del país. El gobierno dice que utilizará la fuerza para derribar las barricadas.

Aparentemente las protestas tienen por objetivo impedir las negociaciones del acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Dice la CONAIE que este acuerdo amenaza la subsistencia de los agricultores. Desea que se haga un referendum sobre este tema. Pero hay en juego una razón más importante para los líderes locales que tienen ante sí unas elecciones a realizarse el próximo octubre. Presionar y conseguir un poco de dinero del gobierno es una buena manera de asegurarse los cargos a los que aspiran.

A lo largo del país, protestas violentas similares organizadas por políticos locales de diferentes tendencias han conseguido mil millones adicionales del gobierno de Alfredo Palacio. Los manifestantes saben que las arcas oficiales están repletas con los ingresos inesperados por la exportación de petróleo. También saben que, a pesar de las aspiraciones iniciales del Dr. Palacio, hoy ya lejanas, de no limitarse a ejercer su cargo sólo como un vigilante, él es débil y la legitimidad de su gobierno es cuestionable. Un cardiólogo que fue vicepresidente del coronel Gutiérrez, puesto en su función por el Congreso y los manifestantes aireados que depusieron a Gutiérrez luego de que éste dilsolviese el Tribunal Supremo. De vuelta al país el pasado octubre, luego de un breve exilio, Gutiérrez fue encarcelado por sedición.

Conocido su desprecio por la independencia judicial, fue irónico que una corte liberase este mes al Sr. Gutiérrez, a pesar de estar aún inculpado por otros asuntos. Puntulamente acaba de lanzar su candidatura para la presidencia. Las encuestas le otorgan el 6%, colocándose con esto entre los cinco primeros candidatos en un terreno apretado. Es poco probable que él gane. Pero su presencia en la campaña, junto con las barricadas indígenas, nos recuerda que el gobierno del Ecuador carece de autoridad, y que es apenas algo más que una máquina de dinero efectivo. Desgraciadamente, la elecciones no podrán cambiar esto.

1 comentario:

Victor dijo...

Pre-electoral tension

Challenges to a weak government

The heavies come to collect

IN 2002, Lucio Gutiérrez, a former army colonel, was elected as Ecuador's president at the head of an alliance including a powerful movement of Andean Indians. Mr Gutiérrez was ousted last April, and the indigenous movement, from which he had long since parted company, is now divided. Even so, both are now making life difficult, in different ways, for the country's interim government.
The more immediate challenge comes from the indigenous groups. On March 21st, the government declared a state of emergency in five highland provinces after several days of protests and roadblocks. The largest Indian body, CONAIE, threatened to occupy Quito, the capital. The government says it will use force to break up the roadblocks.
Ostensibly, the protests are against negotiations for a free-trade agreement with the United States. CONAIE says this would hurt subsistence farmers; it wants a referendum on the matter. But a bigger motive is jockeying by local leaders ahead of a general election due in October. Screwing some extra money from the government is a good way to win office.
Across the country, similar violent protests by local politicians of various stripes have extracted $1 billion in promised extra spending from the government of Alfredo Palacio. The protesters know that official coffers have been swollen by windfall oil revenues.
They also know that although Dr Palacio at first had ambitions to be far more than a caretaker, he is weak and of questionable legitimacy. A cardiologist, he was Mr Gutiérrez's vice-president. He was installed in the top job by Congress and demonstrators, angry after Mr Gutiérrez dissolved the supreme court. The former president was jailed for sedition when he returned home in October after brief exile.
Given his contempt for judicial independence, it was ironic that a court this month freed Mr Gutiérrez, though he still faces other charges. He promptly launched a campaign for the presidency. Polls give him 6% or so, putting him in the top five in a crowded field. He is unlikely to win. But his presence on the campaign trail, together with the Indian roadblocks, is a reminder that Ecuador's government lacks authority, and is little more than a cash machine. Sadly, the election may not change that.

Un abrazo ecuatoriano-mexicano

Por mero equilibrio es necesario contraponer pesos – para no dar un mal paso. Las relaciones diplomáticas de Ecuador y México están rotas de...