Franzen esta de vuelta. Entre las tantas lecturas que aguardan, casi es una desconsideración presentarse con un tomo de 700, 800 páginas. Más aún, como si nada, casi, casi exigir leerlas –no directamente, no debe haber alarmas; sin embargo es eso, pues no hay otra posibilidad. No hay como dejar de hacerlo. Franzen tiene sobre sus hombros el peso de la tierra, lo bueno y lo malo que se puede pensar o imaginar que es o debe ser la novela contemporánea actual.
A ver que dice en sus propias palabras, aquí.
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