4.10.05

Bad fellows

Reordenando papeles me encuentro con uno diminuto, una cita, arrancada de un artículo de Aguilar Camín que apareció en junio pasado —cuando el lío de “garganta profunda”—, en El País, de España. Dice así: “Los equilibrios de poderes, escribió Madison, padre fundador de la democracia americana, deben diseñarse pensando en poner límites a los chicos malos (los bad fellows), ya que los buenos, por definición, se contienen solos. Se trata de que los malos se vigilen y contrarresten entre ellos, y que sea caro para todos actuar mal”.

No sé cómo se pueda interpretar este pensamiento en este mismísimo presente, cuando la mayoría del congreso norteamericano, los malos de esta película, deben, porque ya no hay salida, hacerse responsables de sus acciones corruptas, cuyo móbil no era más que el enriquecimiento ilimitado de unos pocos conjurados del partido republicano (una buena parte de la sociedad, no sólo quiere ganarse la vida sino hacer fortuna, no hay nada de malo en ello, están en su derecho, pero siempre y cuando sepan respetar las reglas de juego, las reglas que le avisan que también otros traen sus mismos afanes).

Esperemos que las instituciones que rigen la democracia americana demuestren su fortaleza ante los envates de estos políticos que, como muchos de los de países iberoamericanos, han llegado al poder solamente para usufructuarlo a como en gana les venga. Esperemos que el afán de justicia contenido en el pensamiento de James Madison les alcance a estos señores y les recuerde sus olvidados deberes.

¿Y cómo son las reglas de juego en el país de cada uno?

4 comentarios:

Fatima dijo...

Precisamente hace poco estaba pensando que Bush se está convirtiendo en un típico presidente latino.

No es que los anteriores no hayan trabajado por sus propios intereses, sino que siempre prevalecieron los intereses de la nación. Bush no funciona así, él reparte Irak a sus socios de negocios, aprovecha sus influencias para meter más dinero a sus bolsillos, aprovecha las catástrofes para seguir llevando dinero (¿saben que han contratado a Carnival para que sus barcos sirvan de hoteles a los damnificados, debiendo pagar el estado por cada uno más que si estuvieran vacacionando por el océano?)

Fue electo en unas elecciones un tanto extrañas, manipuló cierta información para definir el listado de votantes en los estados de mayoría negra, no afecta a él, y se aprovechó de la tragedia del terrorismo para catapultarse a la fama. Bueno, parte de esta información me la dio Moore, pero le creo.

Adicionalmente, cuando lo empiezan a criticar, saca nuevamente a colación el tema del terrorismo y que la nación debe unirse frente a él (¿problemas en las Malvinas? ¿guerra contra el Perú? ¿guerra contra algún vecino? es lo más latino que tenemos para hacer olvidar los problemas del país y unirnos contra el enemigo infame).

Ojalá que próxima los gringos, y nosotros también, votemos mejor.

Edipa dijo...

bueno esto del poder me encanta.

Creo que en America Latina si existe una logica diferente de poder , porque la opinión pública se maneja de una manera diferente. Más claro, creo que ni se maneja.
Entonces no hay la necesidad del juego maniqueo. Las cosas en general con un poco mas honestas. Aunque es horroroso igual.
El problema es de fondo con el asunto del poder, yo soy de la escuela de Foaucolt en eso. Creo que en este punto no podemos poner el dedo encima del culpable. El sistema se ha ido haciendo asi.
Eso si , el panoptico no creo que presupone que no existan culpables...

este mundo me ha sabido demostrar que esta lleno de hijueputas.
un saludo Yaruco

Victor dijo...

Estimada Fátima
A mi también me desconcierta esta manera de ejercer el poder y, por lo que vemos cada vez con más frecuencia, la poca agilidad del sistema para poner freno a estas malas maneras de administralo. El distintivo, el referente moral de la democracia norteamericana ha sido —a pesar de sus ahora frecuentes excepciones— no dejar en la impunidad las malas acciones y decisiones que involucran al interés general. Al paso que ahora van, parece que, en el uso de las maleas artes, no sólo han alcanzado a los países del hemisferio sur sino que al superarlos amenazan con hacer nueva escuela (¿o es que siempre fue así la cosa?).
En el Ecuador me pregunto, ¿tienen vigencia, representan una alternativa seria, un valor moral los partidos políticos ecuatorianos? ¿valen las maneras actuales de hacer política? ¿saben las personas y los políticos dónde coinciden sus intereses y los de las personas a las que representan? Creo que debemos redefinir las leyes escritas y no escritas que rigen el interés público y privado; definir los limites —hasta donde sea posible— entre los intereses públicos y privados, reactivar con intensidad el sentido de decencia (en los tres contextos que define el DRAL), necesario para crear confianza, tenerla y cultivarla. Sé que este valor último es impalpable pero también sé que sin él, iremos tambíen por los días, pero iremos de mal en peor.
Saludos estimada Fátima y que estés bien

Victor dijo...

Estimada Edipa
También yo me pregunto sobre la contextura y contenido de la opinión pública en América Latina. Por ejemplo en el Ecuador ¿quién, quiénes son las personas, intereses, instituciones, organismos que tejen esa inmensa manta con la que cobijamos nuestro sueño nacional, nuestra pesadilla cotidiana? No creo, por otra parte que tras los hilos del poder se encuentre un mal supremo que los maneje e impida intencionalmente el funcionamiento de una sociedad, de la ecuatoriana en el caso; no creo que, por ejemplo a los yanquis les interese apoderarse de tal o cual región. A ellos les interesa hacer negocios y sacar el máximo de utilidades a sus inversiones. Lo tienen claro, su manegement tiene como objetivo no otra cosa. En cambio, sabemos en el Ecuador ¿qué queremos en verdad? ¿sabemos conversar, dialogar sobre los intereses de cada uno sin olvidar que también existe el interés general? No, no sabemos eso y la generación política que rige el país no lo aprenderá jamás. En el Ecuador creo que existen demasiados péfiles parecidos a los de Gutierrez que si tuviesen la oportunidad que él tuvo, lo harían similar o fatalmente mejor. ¿Cómo impedir que ese nutrido número de potenciales Gutierrez, Abdalas, Alarcónes alcancen representación política en el conjunto de la sociedad? no lo sé, y es esto justamente lo que más me impacienta.
Con mis disculpas debida por responder solamente ahora te hago llegar mis saludos. Qué estes bien.

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