(Diario El País dedica su editorial de este día a la política ecuatoriana presente. Dispongo el link y en la sección de comentarios dispongo la opinión de The economist publicada el pasado 15).
EDITORIAL
22/03/2007
El presidente de Ecuador tiene mucha prisa por controlar todos los resortes del poder. Pese a que lleva poco más de dos meses en el cargo, Rafael Correa no duda en utilizar y enfrentar a las instituciones relevantes del Estado como herramientas para sus fines. Eso no es difícil en un país desvertebrado y pobre que encadena las crisis y padece la endémica corrupción de su clase política. Los pasos que está dando Correa auguran para Ecuador el mismo rumbo incierto que arrastra desde los años noventa y han convertido al país andino en un paradigma de inestabilidad y éxodo.
Los antagonistas de esta batalla por el poder son el popular presidente y un desacreditado Congreso -elegidos ambos el año pasado- dominado por la oposición y donde Correa carece de representación. El pretexto, el referéndum que el 15 de abril debe dar vía libre a una asamblea constituyente que permita al jefe del Estado reescribir a su antojo la Constitución de 1998 y disolver la Asamblea Nacional. En la intrincada pelea se amontonan los actos ilegales por parte de jueces de alto rango, del Parlamento y de la presidencia de la República desde que el Tribunal Supremo Electoral decidiera hace dos semanas expulsar del Congreso a 57 diputados opositores que pedían la cabeza del presidente de esa corte por prescindir del Parlamento para convocar el referéndum.
El izquierdista Correa no ha vacilado en sacar el conflicto a la calle, en la estela de su admirado Hugo Chávez. Sus partidarios han asediado el Parlamento y agredido a diputados. Ha logrado con su golpe de mano ganar el pulso a sus divididos adversarios y poner de nuevo en marcha el paralizado Legislativo mediante el procedimiento de designar hasta ahora a 28 sustitutos segundones, teóricamente opositores, pero sin disciplina de partido, que han ido asumiendo el cargo en muchos casos contra las órdenes de sus jefes de filas.
La tentación del caudillismo nunca ha sido definitivamente derrotada en América Latina. El flagrante escarnio de la legalidad en Ecuador presumiblemente desembocará en la meta perseguida por su máximo dirigente. Pocos dudan de que en la consulta popular del mes próximo, Correa, sin partido propio pero con un incipiente movimiento denominado Alianza País y el amplio apoyo de una población desesperada que necesita creer en los milagros, obtendrá la victoria que le permitirá dotarse de un aparataje constitucional a su medida. Pero es imposible construir una democracia y el respeto por las leyes a partir de la demolición oportunista de los andamiajes institucionales anteriores. La estadística dice que durante la última década ningún presidente ha completado su mandato en Ecuador.
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4 comentarios:
Correa v Congress
Mar 15th 2007 | QUITO
A conflict of powers hits the streets
HE HAS been in office for only two months, but already Rafael Correa, Ecuador's president, has provoked a full-blown conflict of powers that pits the country's Congress against its courts. The immediate issue is his plan for a Constituent Assembly, whose job would be yet another rewriting of the constitution, which dates only from 1998. The real battle is for power, between Ecuador's political parties and Mr Correa, who calls himself a Christian leftist and is a friend of Venezuela's Hugo Chávez.
On March 7th, the electoral tribunal decided, by three votes to two, to expel 57 opposition legislators from Congress. The previous day they had backed moves to sack the head of the tribunal because he had used his casting vote to call a referendum on the new assembly. That was a job for the legislature, they said. Both decisions were of dubious legality.
The action moved to the streets. The police stopped the 57 from entering Congress. When they tried to meet at a hotel, Mr Correa's supporters beat up one and attacked another's car. The next day, two legislators were injured in a clash with police. The Constitutional Court, the highest legal body, has declined to rule on the dispute. Mr Correa wants to replace the sacked legislators with their designated alternates.
Both Congress and the president were chosen in the same general election last year. The president's main weapon is his popularity: polls give him an approval rating of over 70%. He promises a “citizens' revolution” against a corrupt “partyocracy”. His own improvised party did not take part in the congressional election.
Mindful of Mr Correa's popularity, Congress did not block the referendum. But it did try to include a provision which would stop any assembly from booting out elected authorities. But that, of course, is precisely what Mr Correa wants it to do.
The president will probably get his way. But not necessarily for long. He is picking fights on all sides: with newspaper editors, businessmen and the political leaders of Guayaquil, the economic capital. Ecuador is a fractured country, with many regional power bases. That has meant that Congress, not the presidency, has often been the locus of power.
Legislators have ousted two presidents since 1997. Lucio Gutiérrez, toppled in 2005, is emerging as Mr Correa's most powerful opponent. The president is winning a battle, but not yet the war.
A propos, escribe Simón Espinosa en su columna Windows 2007, del 24 de marzo, un recuento de violaciones constitucionales: Vale la pena valorarlas:
Windows 2007
Por Simón Espinosa Cordero
¿Rompió la Constitución el señor Sixto Durán, presidente de la República, al no vetar la Ley de las Instituciones Financieras en cuyos pliegues iba adherida la legalidad de las ilícitas piramidaciones que reventaron en la crisis bancaria de 1998 y 1999 con dolor, llanto y tragedia para millones de ecuatorianos?
¿Rompió el pueblo quiteño la Constitución cuando el 4 de febrero de 1997 echó del poder al presidente Abdalá Bucaram con la expresa bendición del embajador de los EEUU en Quito, quien el 29 de enero de ese año había leído un discurso escrito en que denunciaba la corrupción del régimen y alertaba a los inversionistas de su país a no invertir en el Ecuador?
¿Rompió la Constitución el Congreso cuando por mayoría simple de 44 votos y sin examen médico declaró “alienado mental” a Bucaram y lo destituyó el 6 de febrero de 1997 para nombrar presidente de la República al del Congreso Nacional? ¿Rompió la Constitución el Congreso al birlar la Presidencia a la señora Rosalía Arteaga, vicepresidenta elegida por el pueblo, y a quien correspondía ejercer la Presidencia?
¿Rompió la Constitución el presidente del Congreso señor Heinz Moeller al permitir una base americana en Manta el 19 de diciembre de 1999 sin beneficio conocido para el pueblo ecuatoriano?
¿Rompió la Constitución el señor Jamil Mahuad, candidato a la Presidencia de la República, al recibir más de $3 millones de un solo banquero para la campaña electoral? ¿Rompió la Constitución el mismo señor, ya presidente, cuando dolarizó el sucre?
¿Rompieron la Constitución los señores coronel Lucio Gutiérrez, simple militar; Antonio Vargas, presidente de los indios federados; Carlos Solórzano, ex presidente de la Corte Suprema , cuando botaron del poder a Mahuad el 21 de enero de 2000?
¿Rompieron la Constitución los generales de la República al posesionar en el Ministerio de Defensa al vicepresidente Gustavo Noboa como presidente del Ecuador?
¿Rompió la constitución el presidente Lucio Gutiérrez al cesar la Corte Suprema de Justicia y al crear la denominada “Pichicorte”? ¿Rompieron la Constitución los “forajidos” cuando sacaron de palacio en helicóptero al presidente Lucio Gutiérrez el 20 de abril de 2005?
¿Rompió la Constitución el Tribunal Supremo Electoral al permitir la candidatura de los señores Rafael Correa y Lenin Moreno sin que el partido o movimiento presentara una lista de candidatos para el Congreso Nacional?
La Constitución ha sido más violada en estos 12 años que las mujeres musulmanas de Sarajevo por los soldados serbios. Aunque las matemáticas políticas digan que la suma de violaciones constitucionales no justifica futuras violaciones, el sentido común dice que si los violadores andan sueltos hay que meterlos en la cárcel.
Esto ha hecho indirecta y figuradamente el presidente Correa al haber protegido a los sustitutos. Según la pureza de la democracia, esto no se justifica. Según el realismo mágico, esto se justifica, pues al presidente le apoyan 80% de violados. El 80% quiere una dictadura constitucional.
Aquí sí el fin justifica los medios. Si el consentido del pueblo logra en su omnipotente mandato vertebrar a un pueblo invertebrado y sentar las bases para sacarlo poco a poco de la pobreza e injusticia, bendito sea. Si no lo logra, habrá que llamar a los serbios.
Ni The Economist ni El País percieben el momento crucial que vive la democracia ecuatoriana, donde por primera vez en muchos años -o simplemente por primera vez- un mandatario en realidad hace lo que el pueblo le exige. Parece tan sencillo, pero ha sido una quimera en un país donde la clase política ha perfeccionado el arte de engañar al pueblo y mantenerlo en la pobreza mientras le roba descaradamente (por lo que han perdido toda credibilidad). La paranoia antichavista y la ortodoxia neoliberal impiden calibrar la calidad de un líder que es percibido por la mayoría de los ecuatorianos como honesto, inteligente, preparado y capaz de encaminar al país hacia el desarrollo y enfrentar a quienes resisten con uñas y dientes cualquier cambio que amenace con despojarlos de sus privilegios.
una patria nueva con los mismos de siempre? Qué asco mirar decidiendo los destinos del país a elsita bucarán ex alcaldesa de guayaquil y hoy en el tse), isaías obando (ex presidente del pre, gustavo larrea (ex subsecretario de comunicación de bucarán), los hermanos patiño,infatigables auspiciantes de las candidaturas de turno; sicuret, y detrás: frank vargas, victor granda, raul vallejo, rodrigo borja y los del mpd, y los socialistas, y pachakutik: son los mismos actores de siempre con un mismo libreto: los que halan los hilos invisibles de la trama, de la marioneta de turno. Una nueva constitución? A medida de quienes? Basta hechar una hojeada a los periódicos y revistas de hace diez años para darse cuenta que los mismos de entonces siguen hoy vigentes. Gracias a la poca memoria nuestra.
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