9.10.08

El sindrome de Nazaret


En 1996 leí con gratitud y asombro los dos tomos que componen Los novelistas como críticos (1991), una exhaustiva y rica compilación de textos en los que la novela (hispanoamericana), como tentativa, ejercicio y reto, ocupa el centro de su empeño. La compilación la debemos a Norma Klhan y Wilfrido H. Corral — están publicados en la serie Tierra Firme del Fondo de Cultura Económica de México.

El contenido de los tomos, textos de narradores los más, que refieren su parecer sobre el oficio o la obra de sus colegas, es variado y rico; nombres, geografías y tradiciones varias se agrupan y tenzan la discusión, la profundizan o proyectan en las direcciones que el lector, según su propia experiencia debera inferir o sugerir a partir de su propia observación.

Mi lectura de estos libros la comenté por ese tiempo a un amigo estimado. Habría olvidado del todo esa conversación si este mismo amigo no me hubiese solicitado hace poco la copia de uno de los textos que viene en Los novelistas como críticos (es este el motivo por el que he vuelto a releerlos — en tomos prestados a la Biblioteca central de Zúrich).

No puedo dejar de transcribir un fragmento pequeño que tiene que ver con el título de esta entrada. El texto que lo contiene se llama "Muchos años después . . ." y lo firma José Emilio Pacheco, y fue publicado en 1987 , en la revista Casa de las Americas, 165 (al leerlo, por favor, recordar el año de su publicación).

El síndrome de Nazaret

¿Quién es el escritor más admirado en Colombia? Octavio Paz. ¿En México? Gabriel García Márquez. ¿Quién es el escritor más atacado en Colombia? García Márquez. ¿En México? Paz. ¿Cuál es el principal reproche contra García Márquez? Ser castrista. ¿Contra Paz? Ser anticastrista. ¿A quién propusieron los mexicanos para el premio Cervantes en 1981? A Juan Carlos Onetti. ¿Y los uruguayos? A Octavio Paz.

No acabarían nunca los ejemplos del síndrome de Nazaret. ("Cómo va a ser el Mesías si es el hijo del carpintero y yo jugaba con él en la calle".) Ya que en Colombia recordarán los treinta años de Piedra de sol, los veinticinco de La muerte de Artemio Cruz y Aura. Terminemos aquí el breve recuento de la primera etapa de García Márquez en México (1961-1967).






Un abrazo ecuatoriano-mexicano

Por mero equilibrio es necesario contraponer pesos – para no dar un mal paso. Las relaciones diplomáticas de Ecuador y México están rotas de...