27.1.10

Le Corbusier

Le Corbusier es una referencia constante en la cuotidianidad de quienes vivimos en Suiza. Conciente o inconcientemente. No sólo porque sus ideas, representadas en formas, ambientes, muebles y paisajes se dejen ver y percibir en la arquitectura, los espacios públicos, atmósferas de interiores y una serie de objetos por él diseñados. Con naturalidad ganada, a casi medio siglo de su muerte, las ideas y propuestas nada convencionales que impulsó en su tiempo, forman parte hoy de eso que comunmente identificamos como moderno, constantemente moderno.


Charles Edouard Jeanneret (1887-1965), que es el nombre con el que fue inscrito al nacer en La Chaux-de-Fonds, en la Suiza de habla francesa, tiene presencia empedernida en su país por otras razones. El es medio de intercambio. Las 24 horas del día él va de mano en mano y, por el valor que porta, es uno de los que más circula. La serie actual de billetes del franco suizo es así: 10, 20, 50, 100, 200 y 1000 francos. Le Corbusier da valor simbólico al billete de SFr. 10.00

No sabemos cuanta vigencia logre en el tiempo la figura de Le Corbusier. La de sus ideas, al ser acogidas de a poco por la normalidad, si no ha sucedido ya, terminaran fundiéndose al torrente anónimo de creatividad humana. En todo caso a su valor simbólico en el billete de SFr. 10.00 no le queda mucha vida - sólo un par de años más. El Banco Central Suizo (SNB), como lo hace cada 15 años, ha puesto ya en marcha un plan para renovar la serie de billetes actuales que honra a unos pocos de sus mejores valores - con precios simbólicos:

En el de Sfr. 20, a Arthur Honegger (1982-1955) uno de los más destacados compositores suizos.
En el de Sfr. 50, a Sophie Taeuber-Arp (1889-1943), artista abstracta cuya obra, si no conocida por el gran público, ha sido y es emprescindible entre los especialistas (fue esposa de Jean Arp).
El de SFr. 100 es en sí otra institución: Alberto Giacometti (1901-1966), pintor, escultor que, en términos artísticos a escala mundial, mucho dice a quienes vinieron después y pudieron, podemos apreciar su obra.
El de SFr. 200 está dedicado al poeta de habla francesa
Charles Ferdinand Ramuz (1878-1947). No son más que cinco años quiza que su obra fue publicada en esa colección francesa esclusivísima que es La Pléiade, catálogo reservado a los imprescindibles de la literatura mundial (fue el primer autor suizo en aparecer en esas ediciones).
El de SFr. 1000, el más caro, es para
Jacob Burckhardt (1818-1887), historiador, quiza el más importante entre los modernos pues fue él quien nos recuperó el Renacimiento Italiano con los parámetros que hasta ahora utilizamos - en todo Occidente.

Cada billete contiene en filigrana un microtexto que alude a la figura representada. En el de SFr. 10 vienen estas palabras: Le Corbusier, arquitecto, urbanista, pintor y teórico, ha aplicado ideas visionarias y revolucionarias a la construcción y el urbanismo.

¿Y por qué es que de pronto me he puesto a recordar cosas relacionadas con este personaje suizo que luego fuera también francés y muriera en Mónaco? A propósito de una muestra que, en colaboración con el Centre Le Corbusier de Zúrich, se hace de sus trabajos en Punta del este, Uruguay, y que ADN Cultura, que es donde me informo del evento, reseña detenidamente.

Junto a esa crónica informativa, viene una pequeña, El poeta de la aqrquitectura, a la que acompañan un par de fotos. Una es de la casa que él diseñara en Zúrich, junto al lago, sitio de peregrinación imprescindible con las visitas que se interesan en la arquitectura o, sencillamente, en la capacidad creativa del ser humano.

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