17.3.07

Manifiesto ecuatoriano:

POR UN ESPACIO COMÚN PARA RESOLVER LOS CONFLICTOS Y VIVIR CON DIGNIDAD

Ante los alarmantes signos de nuevos procesos de violencia política y social, nosotros, ciudadanos sin filiación partidaria, exhortamos al gobierno y a la oposición, a las cámaras de comercio y producción, a los industriales y banqueros, a los sindicatos, a las federaciones, al congreso, a los medios de comunicación, a todos los ecuatorianos a buscar urgentemente mecanismos y acuerdos básicos que propicien la paz y, en esa atmósfera, a emprender la búsqueda de condiciones sociales, económicas, políticas y jurídicas que la sustenten y aseguren. Sólo la ceguera interesada puede dejar de ver que no habrá estabilidad ni paz sin la mejora sustancial de las condiciones generales de vida de los ecuatorianos. Ello es evidente incluso en ámbitos especializados pero ajenos a nuestra vida. Hablando sobre América Latina, el director nacional de Inteligencia de los Estados Unidos, Michael McConnell, ha informado ante el Comité de Asuntos Militares del Senado de ese país que los buenos resultados "de candidatos presidenciales con ideología de izquierda populista…habla de la creciente impaciencia entre el electorado por la incapacidad de sus Gobiernos para mejorar los niveles de vida de la población. La insatisfacción popular con la democracia es especialmente inquietante en los Andes, particularmente en Ecuador y Perú".

Después de todos estos años de tragedia nacional y empobrecimiento cada vez mayor, hay muchas posiciones que nos separan a unos de otros, y pocas en las que podemos ponernos de acuerdo y mantenernos unidos. Frente a ello, llamamos a todos a procurar condiciones que permitan razonar las discordias, que nos provean de una base mínima o espacio común que haga materialmente posible que éstas se resuelvan progresivamente. Llamamos a la búsqueda de objetivos que sirvan de referentes para que cualquier confrontación pueda ser razonada. Ese consenso, ese diálogo en torno a metas en las que racionalmente todos deberíamos o podríamos coincidir se puede traducir en “pactos mínimos", tal vez la única vía para sobrevivir como país, para alejar el peligro de una conmoción general, de desintegración nacional o guerra civil. Antes de la confrontación física, debemos avocarnos a la búsqueda de pactos o acuerdos mínimos como los siguientes, en los que nos debemos comprometer todos:

1. POR LOS DERECHOS HUMANOS

El primero y más urgente acuerdo debe ser sacar a las mayorías de la situación de extrema pobreza y desamparo sanitario en que se encuentran. Todos tenemos derecho a una vida digna. En el estado límite en que vivimos, que amenaza con llevarnos a la hecatombe, pocas alternativas van quedando para quienes hoy ya ni pueden salir del país ni sobrevivir en él. En una sociedad democrática la protección de las personas, especialmente en lo relativo a la salud, debería ser función primordial del estado, que somos todos; la beneficencia sólo puede ser subsidiaria.

2. POR LA INSTITUCIONALIDAD.

Las instituciones han perdido o están en trance de perder toda legitimidad y respeto. Se impone la construcción creativa de verdaderos sistemas sociales, políticos, administrativos, jurídicos y económicos encarnados en instituciones legitimadas no por la tradición o por la pura formalidad sino por su accionar, por sus procedimientos y finalidades, por su observación de la racionalidad institucional y política y por su compromiso en beneficio de los ciudadanos. Los sistemas, el tejido institucional, cívico y popular son más eficaces para el éxito de los proyectos que el carácter personalista de los líderes. El marco institucional implica también el respeto a los legítimos representantes y directivos.

3. POR LA CIUDADANÍA

Es decir, reconocer el mismo trato, la misma dignidad y derechos públicos y privados a todos los ecuatorianos, sin distinción de sexo, región, etnia, color de piel, ocupación laboral, orientación política, ideológica o sexual, condición física, social o económica. El concepto de ciudadanía debe regir irrestrictamente nuestra vida y trascender el favoritismo de grupos, el racismo y clasismo que afecta a todo el país. En una sociedad sana, una persona es en primer lugar un prójimo y un ciudadano, no un consumidor ni un cliente, no un rival ni un ‘terrorista’, no un ‘bandolero’ ni un ‘bestia’, no un ‘cholo’ ni un ‘mono’ ni un ‘longo’ ni un ‘indio’, ni un ‘negro’, ni un ‘montubio’. Todas esas formas de agravio y de segregación profundizan las grietas sociales.

4. POR LA EDUCACION PÚBLICA.

El pobre nivel de calidad del sistema educativo público, uno de los más bajos de América, reconocido en informes oficiales, aumenta la desigualdad. El pacto por la educación pública debe procurar su universalidad, la erradicación del analfabetismo real y funcional, la escolarización subsidiada, su carácter inclusivo, integrador, la formación rigurosa y continua del profesorado, la alta calidad de la enseñanza, la implantación de principios cívicos y morales para la formación de nuevos ciudadanos. Exhortamos al Ministerio de Educación para que procure que los principios que fundamenten estos pactos se incorporen a los programas obligatorios de estudio.

5. POR LA CULTURA NACIONAL.

Fomentar una cultura vinculante, que contribuya a que renazca la ilusión de formar parte de una comunidad diversa, pluricultural y multiétnica pero con pasado y futuro común; que asegure que no somos un mero conglomerado sin vínculos entre sí; que Ecuador no es sólo un membrete, es clave para el futuro.

Exhortamos a la oposición a respetar la voluntad de los ciudadanos, que se pronunció en las urnas en el mes de noviembre por un presidente y unos planteamientos para el futuro del país. La exhortamos también, así como a la empresa privada, al gobierno y a las asociaciones de todo tipo, a suscribir los pactos de convivencia digna aquí expuestos; y al presidente del país a tomar la iniciativa, convocando una vez más a la oposición y a las instituciones autónomas representativas, a su suscripción.

Deponer provisionalmente nuestras diferencias a favor de estos pactos es a la vez una condición mínima de salvación.

Gina Portaluppi, Educadora.

Marcela Santos, Educadora

Martha Ycaza, Educadora

Mercedes Ramirez, Educadora

Elena Sper, Psicoanalista

Sandra Mendoza, Trabajadora Social

Judi Hasing, Arquitecta

Francisco Valdivieso, Arquitecto.

Marcela Mendoza , Licenciada en Comunicación

Piedad de Iturralde, Decoradora

Raúl Maruri, Ingeniero civil

Cristóbal Zapata, Escritor

Ricardo Maruri, Escritor

Wilfredo Corral, Crítico literario

Edwin Madrid, Escritor

Víctor Vallejo, Economista

Mario Campaña, Escritor

Patricia Serrano, Odontóloga

Eliana Bohorquez, Educadora

Gustavo Erazo, Biólogo


P.S.

Las personas que estén de acuerdo con el manifiesto, ruego dejen sus señas en la casilla de comentarios para que pueda sumarlo a la lista anterior

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